Inicio » Destacado » Adiós a la izquierda: hacia un nuevo paradigma.

Adiós a la izquierda: hacia un nuevo paradigma.

Paradigma (en ciencias sociales): conjunto de experiencias, valores y creencias que conforman la manera en que un individuo percibe la realidad y la forma en que se enfrenta a ella. Cuando una determinada forma de percibir el mundo y desenvolverse en él es compartida por la mayoría en una sociedad hablamos de “paradigma dominante”.









¿Nunca se han preguntado por qué el Gobierno del Partido Socialista (PSOE) en España ha abandonado de manera tan clara los postulados tradicionales de la izquierda para abrazar sin tapujos las recetas del neoliberalismo? La respuesta es clara: por pura supervivencia el PSOE dijo adiós a la izquierda.
¿Y no les causa extrañeza que tras la deserción del PSOE, un partido como Izquierda Unida, con un programa a la sazón tan preocupado por el bienestar social y el justo reparto de la riqueza, siga contando con tan escaso apoyo entre el electorado? ¿Tan simpático es Rajoy que en España nos hemos vuelto todos de derechas? Ironías aparte, pese a la abdicación del PSOE es evidente que en España hay mucha gente que sigue pensando y viéndose a la manera de la izquierda pero por alguna razón no acaban de definirse. A mi modo de ver, esa indefinición encuentra su origen en eso a lo que llamamos paradigma dominante, un paradigma que empieza a perder su conexión con la realidad.
El paradigma del que les hablo no es otro que el polo de opuestos Derecha-Izquierda. La realidad es que hoy hay mucha gente en nuestro país, en Europa, en Occidente, que ha sido, es o se siente de izquierdas pero no encuentra partidos políticos que les representen o con los que lleguen a identificarse hasta el extremo de ir a votarles. Todos estos ciudadanos huérfanos de la izquierda están, sin darse cuenta, abandonando el viejo paradigma dialéctico Derecha-Izquierda. Todos ellos piensan y a veces también actúan en base a un nuevo paradigma al que aún no se le ha dado nombre, del que apenas se habla, que apenas se usa para explicar la realidad. No importa, está ahí, funciona aunque no lo sepamos.

1.-¿QUÉ HAY DEL VIEJO PARADIGMA?

Antes de ver cual ese nuevo paradigma explicativo al que aún no hemos puesto nombre, bueno será ver qué ha pasado con el viejo paradigma.

La derecha triomfant.

Como bien dice en el título de este ensayo: “Adiós a la izquierda”. Nada dice de adiós a la derecha, sobran pues más comentarios. Y es que la derecha es en esencia conservadora, la derecha no quiere que nada cambie y si ha de cambiar que sea sólo para reforzar aún más sus postulados ideológicos en la realidad. Como sucede precisamente ahora con la sempiterna crisis y el terrorismo internacional, estados que nos traen incertidumbre y miedo para convencernos de que la única solución es más derecha. Lo que ocurre es que a la derecha le es también necesario tener enfrente a un adversario poderoso al que oponérsele frente al que justificar su ideología, la dialéctica de la confrontación, el par de opuestos debe seguir vigente. ¿Qué pasa si no hay izquierda como de hecho está ocurriendo hoy? Habrá que buscar otro par de opuestos, habrá que avanzar hacia otro paradigma explicativo. Y en ese camino vamos desde hace ya unos años. El viejo paradigma está mutando cada día más empujado por la derecha hacia otro que ya lo profetizó un tal Huntington cuando habló del “Choque de Civilizaciones”. Occidente y el capitalismo versus Oriente y el fundamentalismo islámico. Este es el nuevo paradigma explicativo al que desea evolucionar la derecha, el problema con el que no contaban y tampoco han resuelto en Occidente son los nuevos invitados a la fiesta, potencias emergentes como China, Brasil y La India que no encajan demasiado bien en este esquema simplista que propone la derecha reaccionaria. Poco más que ustedes no sepan podemos decir de la derecha y el viejo paradigma.


Izquierda, perdida izquierda.

La izquierda oficial hasta hace poco, el PSOE, están perdidos y han desertado de la izquierda (y no lo digo yo sólo, lean la foto de aquí al lado). Lo hicieron cuando asumieron desde el Gobierno y desde el partido que si querían sobrevivir en España debían ceder a los postulados y las recomendaciones de los Mercados en materia económica, traicionando así el ideario base de la izquierda (derechos sociales, igualdad y justicia social), pasando a hablar el mismo lenguaje que la derecha, y haciéndolo además en el marco propio de la derecha (más sobre el marco de la derecha en esta entrada: Llega el PP, paso a los elefantes). Esta traición del PSOE a la esencia misma de la izquierda sumada al desgaste propio de una crisis que no han sabido ni predecir ni solucionar, los ha arrastrado hacia una pérdida notable de identidad y con ella a un más que probable batacazo en las próximas elecciones. Pese a todo ellos seguirán enarbolando el viejo paradigma de la derecha y la izquierda, y continuarán arrogándose un lugar principal en esa izquierda, hablando de que son ellos y no otros los adalides de la defensa del estado del bienestar pérdido. Aunque la realidad es que el común de los ciudadanos sabe perfectamente que no es así, y no los reconocen ya como izquierda, y mucho menos como defensores de ese perdido estado del bienestar.

Queda por tanto un gran vacío en la izquierda aún no ocupado por ninguna fuerza política. Y no porque no quieran, pues ahí están los de la izquierda alternativa, postulándose como la auténtica y verdadera izquierda, prestos a cobrarse a los desencantados de la izquierda hasta ahora oficial.

Y bien, visto así el asunto, diremos que es normal que ese vacío que deja el PSOE lo ocupe la izquierda alternativa. ¿Qué apuestan a que no ocurre nada de eso? ¿Saben por qué? Porque esta izquierda alternativa va a seguir jugando y proponiendo soluciones en y desde el viejo paradigma explicativo de la derecha y de la izquierda, sin acabar de enterarse de que buena parte de la población aún sin saberlo no pensamos ya en base a ese paradigma, de modo que se torna difícil que nos convenzan con ese discurso.

Y los sufridos ciudadanos.

Ayyy… los sufridos ciudadanos. Padeciendo estamos las consecuencias de ese abandono de la izquierda que hacía posible hasta hace poco que disfrutáramos –más mal que bien- de un cierto estado del bienestar. Tras la pérdida hemos salido los ciudadanos a la calle masivamente a expresar nuestra indignación con consignas como: “no somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, “no nos representar” o “no hay pan para tanto chorizo”. El resultado de todo esto: la farsa ha quedado al descubierto y ya no hay quien se la crea, el viejo paradigma no se sostiene.

Recordemos así, cómo eran las cosas cuando el viejo paradigma aún estaba vivo, recuérdenlo y vean cómo ha cambiado todo. Antes, por ejemplo, no se nos mostraba tan cruda, extendida y evidente la miseria y la esclavitud en la que vivimos la mayoría. Antes pocos sabían que mandaban Los Mercados sobre la política. Antes, la democracia, sagrada palabra, mantenía unas reglas del juego que eran respetadas y tenidas por válidas. Antes había un modelo, el capitalismo, y enfrente había otro, el comunismo. E incluso antes, no hace tanto, tras la caída en el 89 de uno de esos modelos, durante algún tiempo quedaron todavía en igualdad de fuerzas los que teorizaban a Friedman (conservadores) y los que optaban por Keynes (socialdemócratas). Hoy, nada de eso queda, y asistimos al triunfo incontestado de un absurdo (el neoliberalismo) del que sin embargo nadie acierta a liberarnos. Y hoy, cosa que no sucedía antes, nos estamos enterando de todo a través de los canales de información alternativos –las redes sociales, la red de redes, Internet-, canales que quedan fuera del control del sistema.

Y la farsa no es otra que la idea que nos habían hecho creer, de que nuestra democracia es en verdad una democracia donde la ciudadanía decide y es tenida en cuenta. Hoy sabemos que no existe tal democracia en una sociedad donde todo lo importante lo decide el poder económico ajeno al control del ciudadano.
El viejo paradigma explicativo de la derecha y la izquierda tiene sentido sólo dentro de esa farsa, ya que toma como base una premisa de partida: que hay en verdad una democracia. Desde el instante en que el ciudadano interioriza que no es así y asume que la democracia es una mentira, el viejo paradigma deja de funcionar en su interior y aparece la incertidumbre, el desasosiego, la búsqueda, la indignación o la desesperanza. Así, la mayoría sin darnos cuenta pensamos y actuamos ya desde otro paradigma aún no definido, que apenas se vislumbra en muchos casos, pero está y actúa en nosotros.
Como tantas veces, los ciudadanos van por delante de los políticos apuntando el camino a seguir, y la distancia se abre cada vez más entre clase política y sociedad civil.

Dicho esto, algunas preguntas nos quedan por resolver. ¿Cuál es ese nuevo paradigma explicativo? Y si lo hay, y si se hace visible: ¿habrá algún partido que se atreva a plantear y asumir abiertamente ese nuevo paradigma como eje de sus propuestas?

2.-UNA CLASIFICACIÓN SOCIAL:
ENTRE EL VIEJO Y EL NUEVO PARADIGMA.

Antes de responder a las cuestiones que nos quedan, se me ocurre hacer un interesante ejercicio prospectivo para ver, a grandes rasgos, cuantas clases o categorías de ciudadanos convivimos hoy en esto a lo que llamamos sociedad a caballo entre el viejo y el nuevo paradigma, y qué preferencias tomamos en cada categoría a la hora de jugar a la farsa democrática que nos proponen, esto es: las elecciones. Una clasificación que a grosso modo divido en cuatro grupos.

I.- Los diligentes.
Metemos en este grupo a los que por suerte o por méritos propios –por ser diligentes- y pese a la crisis viven bien o muy bien y no les afecta lo que está sucediendo. Aquí están los que mandan y manejan, los poderosos, los dirigentes, y todos los que juegan con fortuna y habilidad, en beneficio propio, al juego que nos propone el sistema. Muchos de éstos saben también de la farsa, saben que no funciona ya el viejo paradigma pero no les interesa que nada cambie puesto que les va bien, de ahí que continúen manteniendo y favoreciendo dicha farsa.
La mayoría de los de este grupo votan y votarán por el PP, por el PSOE o por algún que otro partido de los tradicionales afectos al sistema, incluidos los nacionalistas.

II.- Los mansos.
Helos aquí esa notable parte de la ciudadanía que sufre los rigores de lo que está pasando, pero se adaptan, asienten y se resignan, bien porque no creen o no encuentran la manera de poder cambiar las cosas, bien porque no se dan cuenta de la farsa pues viven engañados, abducidos o adormitados por el sistema y sus mecanismos de control de masas.
Entre este grupo, en general habrá quienes voten a partidos minoritarios, alternativos o no, los hay que votarán por el PP buscando en ellos al salvador, o lo harán por el PSOE por un extraño vínculo afectivo, o por un partido nacionalista si lo que les pueda más es la identidad, y los habrá también que no voten, ignorantes, orgullosos en su desdén o simplemente apáticos.

III.- Los militantes.
En este grupo está esa parte de la ciudadanía despierta, activa y comprometida que vive, mejor o peor, y se da cuenta de la farsa pero sigue pensando que es posible jugar con las reglas del sistema y cambiar las cosas. Los militantes creen todavía en el viejo paradigma porque lo llevan metido muy adentro, aunque a muchos les empieza a sonar ya un rumor en su interior que les habla de un paradigma nuevo. Mayoritariamente de la izquierda alternativa o auténtica, los militantes, no todos militantes propiamente dichos, se identifican con esa ideología de la izquierda que añoran ver realizada en la sociedad. Algunos desencantados del PSOE vendrán también a sumarse a este grupo.
Entre éstos, la mayoría votan y votarán a los partidos de la autentica izquierda o a cualquier otro partido minoritario que plantee alguna alternativa a los grandes partidos, y algunos, sólo algunos optaran por votar en blanco.

IV.- Los escépticos.
Y aquí está el último de los grupos, conscientes de la farsa, mas no sólo de la farsa, también del absurdo que envuelve la esencia misma de la actividad humana a esta lado del mundo. También, como en el grupo anterior, activos y comprometidos socialmente muchos. La diferencia entre los escépticos y los militantes es que éstos últimos han perdido ya toda la fe en este sistema y en sus reglas del juego, convencidos de que es imposible cambiar nada jugando a un juego donde las reglas están hechas para favorecer siempre a unos pocos en detrimento de la mayoría. No obstante hemos de aclarar, todos estamos dentro del sistema, de ahí que también los escépticos tengan que jugar aunque no les guste a lo que el sistema nos propone. Eso sí, únicamente juegan los escépticos a lo que les es por supervivencia obligado, para lo demás, piensan y trabajan ya en otra cosa, en otro mundo distinto mejor que este y muchos sin saberlo, lo hacen desde ese nuevo paradigma latente.
En este grupo cada día más numeroso muy pocos son los que votan a algún partido sabedores de la inutilidad de hacerlo, pues hacerlo es legitimar la farsa. Para la mayoría de los escépticos la única vía que queda en elecciones es no jugar o romper las reglas del juego, optando así mayoritariamente por la abstención activa y por el voto nulo.

Algunas apreciaciones acerca de los cuatro grupos y el paso de sus integrantes de uno a otro. Los diligentes, por ejemplo, pueden caer en desgracia y acabar en el grupo de los mansos, o pueden despertar a una nueva conciencia, cosa más extraña, y pasarse a cualquiera de los otros dos grupos, los militantes o los escépticos. Y al contrario los mansos, pueden por un golpe de suerte o por méritos propios mejorar su situación y pasarse al grupo de los diligentes, o pueden perder el miedo y volverse menos mansos con los militantes o los escépticos. Más de lo mismo para los militantes, éstos pueden sufrir desengaños y derrotas en un número tal que los lleven a plantearse un paso al grupo de los diligentes, o pueden por la misma razón convertirse en escépticos. Sin embargo, nada de esto ocurre con los escépticos. El que se convierte en escéptico nunca más volverá a formar parte de ninguno de los otros tres grupos. Cierto, le puede a un escéptico ir muy mal la cosa hasta el punto de acabar viviendo peor que el más miserable de los mansos, pero ello no le impedirá seguir siendo escéptico. Es simple: quien deja de creer definitivamente en algo es imposible que vuelva a creer algún día en eso en lo que dejó de creer.

La conclusión que podemos sacar de este último análisis no ha de gustar mucho a los adalides del sistema, osease, los diligentes. A saber: el grupo de los escépticos se hace cada día más y más numeroso. Tampoco es este análisis muy del agrado de los militantes, a los que les gustaría ser la única y auténtica opción de lucha contra el sistema. Pero, queridos míos, no se puede luchar contra alguien más poderoso que tú dejándole que ponga todas las reglas.

3.-PASO AL NUEVO PARADIGMA.

Así, al fin llegamos al momento en que toca apuntar cuál es ese nuevo paradigma político que explica la realidad en la que vivimos, una vez que habíamos mantenido que el viejo paradigma Derecha-Izquierda había dejado de ser representativo. ¿Es evidente no creen? Se trataba de un paradigma dialéctico, una confrontación de fuerzas, derecha e izquierda más o menos en igualdad de condiciones. Hoy no hay tal igualdad, la izquierda es un sueño de algo que fue, una falacia, un mito que se resiste a perderse, cualquier cosa antes que algo con fuerza suficiente para oponerse a la derecha triomfant. Claro que, habíamos hablado de otro paradigma al que pretendían avanzar los de la derecha, Occidente Vs Oriente, pero no nos gusta y tampoco nos representa. ¿Cuál nos queda entonces? ¿Me creen si les digo que tengo en mente cual es ese nuevo paradigma pero no alcanzo a darle un nombre que me convenza? Así es. De tal suerte que se me ocurre dejar abierto el texto a la lectura y participación de los lectores.

Dejaremos pasar unos días para recoger las aportaciones de los lectores, es posible que alguno encuentre una reflexión más acertada de las que pueda hacer yo, tal vez den ustedes con el vocablo que yo no alcanzo a poner a este nuevo paradigma que imagino muchos intuyen.

Tampoco hemos respondido a la última cuestión, saber si habrá grupo o fuerza política que avance con ese nuevo paradigma como bandera y base de sus reivindicaciones, aunque es evidente, de momento no parece haberlos.

Y así queda abierta e inconclusa esta nueva invitación a la reflexión de Versus. ¿Alguien se anima a continuar?

8 Comentarios

  1. Utilizas eufemismos ,o mejor dicho, “seudónimos” de los representantes o actores más o menos visibles de la situación actual. Diligentes, Escépticos, Mansos… Creo que está bien visto pero podrían utilizarse términos más concretos, más “enérgicos” ( sólo opino sobre la forma del artículo, comparto en su mayoría el fondo). Y esa percha de la Ética es un buen colofón. Sólo desde un replanteamiento real y comprometido de nuevos valores podemos empezar a cambiar.

    ¿Nuevo paradigma? Tardaremos mucho en construirlo, no creo que tan siquiera lo veamos… Lo que tengo claro es que ha de pasar por un cambio del sistema, desde dentro o fuera, pacífico o no tanto. La única opción es el voto nulo con mensaje o la abstención si nos acogemos a “lo pacífico”; las opciones externas al sistema… vete a saber, se impondrán por desesperación y necesidad imperiosa si aún nos queda fuerza, dignidad y ganas de justicia y libertad. Estas palabras son tan grandes que temo usarlas así, de repente, pero así han venido a mi cabeza.
    Yo firmaría YA con un partido comprometido a un auténtico cambio de sistema (reforma constitucional, Ley electoral, nacionalizaciones y control del sistema económico, fuera paraísos fiscales etc…),y que se comprometiera, más que con un programa, con una espacie de contrato con el elector. Pero eso no existe y es utópico (por no decir iluso) pensar que pueda llegar a existir….

    • Claro Ander, podría haber utilizado otros términos más enérgicos, pero no quería ofender a nadie de los que puedan estar o sentirse en uno de esos grupos, de ahí los nombres, más o menos suaves.
      Gracias por tus aportaciones, creo que por ahí puede ir el camino, o tal vez no. Incierto es sin duda el futuro, pero eso lo hace al tiempo también muy apasionante y digno de vivir, de vivir despierto y comprometido por supuesto.

  2. YO REALMENTE CREO QUE LA IZQUIERDA PARLAMENTARIA NO ES REFERENTE EN LA POBLACIÓN PORQUE ABANDONÓ EL ANÁLISIS DE CLASE. SE HABLA DE CIUDADANÍA CON MIEDO A DECIR EXPLOTADOS Y EXPLOTADORES. SE AFIRMA QUE HAY DEMOCRACIA, CUANDO LO QUE HAY ES LUCHA DE CLASES, SE DICE QUE LOS MERCADOS QUIEREN MANDAR SOBRE LA POLÍTICA, EN LUGAR DE HABLAR DIRECTAMENTE DE DICTADURA DEL CAPITAL. Y POR LO QUE VEO EL AUTOR DEL TEXTO HACE EXACTAMENTE LO MISMO QUE LA IZQUIERDA DOMESTICADA QUE CRITÍCA. POR OTRO LADO, DICE COSAS COMO QUE EL PSOE SE HA RENDIDO A LOS MERCADOS, CUANDO EL PSOE ES UN INSTRUMENTO POLÍTICO TOMADO POR LOS CAPITALISTAS EN EL CONGRESO DE SURESNES (LA CÍA FORMÓ A LOS CUADROS DESTINADOS A ELLO EN LAS FUNDACIONES ALEMANAS Y EN DICHO CONGRESO DESPLAZARON A LLOPIS). TAMBIÉN AFIRMA COMO LA IZQUIERDA DOMESTICADA Y LA DERECHA QUE EL SOCIALISMO DE LOS PAÍSES DEL ESTE “SE DESMORONÓ”, CUANDO LO QUE OCURRIÓ FUE QUE LAS FUERZAS SOCIALISTAS FUERON DERROTADAS DESDE DENTRO Y FUERA DE ESOS PAÍSES. CULMINA CON UNA CLASIFICACIÓN SOCIAL QUE ME DEJA SOPRENDIDO: LOS DILIGENTES. NO HAY PROPIETARIOS DE MEDIOS DE PRODUCCIÓN, LOS ACCIONISTAS DE REPSOL, SANTANDER CENTRAL HISPANO, ENDESA, … NO SON RELEVANTES PARA EL ANÁLISIS. HAY UNA CATEGORÍA LLAMADA MILITANTES, Y AL PARECER TODOS CREEN EN EL SISTEMA, EN EL “VIEJO PARADIGMA IZQUIERDA – DERECHA”.

    SIN DUDA AL ANTAGONISMO CENTRAL CAPITAL – TRABAJO, O DESARROLLO DE FUERZAS PRODUCTIVAS – RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN, HAY QUE AÑADIRLE UN NUEVO PARADIGMA EL QUE VIENE DADO POR EL AGOTAMIENTO DE LOS RECURSOS Y LA DESTRUCCIÓN DE LA BIOSFERA, POR LO QUE HAY QUE REDEFINIR LOS CONCEPTOS, POR EJEMPLO, NO PODEMOS ENTENDER DESARROLLO DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS COMO EQUIVALENTE A CRECIMIENTO ECONÓMICO, SINO COMO MÉTODOS, FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO, TÉCNICAS, TECNOLOGÍAS Y CONOCIMIENTO QUE PERMITEN PRODUCIR DE FORMA MÁS EFICIENTE, ES DECIR, FABRICAR ALGO NECESARIO CON MENOS ESFUERZO, PERO NO PARA PRODUCIR CANTIDADES QUE PONGAN EN PELIGRO LA REGENERACIÓN DE RECURSOS O LA CONSERVACIÓN DE LA BIOSFERA COMO NECESITA EL CAPITALISMO CON SU CRECIMIENTO EXPONENCIAL, SINO PARA HACER POSIBLE LA SOCIALIZACIÓN DEL TIEMPO LIBRE, LA REDUCCIÓN DE LAS CARGAS DE TRABAJO, … EN EL CAPITALISMO EN FASE TERMINAL EL MENCIONADO ANTAGONISMO CRECE, Y DENTRO DE POCO NO CREO QUE LOS CAPITALISTAS PUEDAN MANTENER SU DOMINIO BAJO LAS DESGASTADAS “DEMOCRACIAS FORMALES”. Y ESO ES LO QUE CREO QUE DEBEMOS SEÑALAR Y DENUNCIAR DE CARA A ELEVAR LA CONCIENCIA DE CLASE, DILUIDA POR LA IZQUIERDA DOMESTICADA Y AHORA TAMBIÉN POR LOS NUEVOS PARADIGMÁTICOS EN ESO QUE LLAMAN CIUDADANÍA.

  3. Yo definiría el nuevo paradigma como Swarm. Enjambre en castellano.
    Lo que quiero decir es que esas personas que estan pensando en otro mundo mejor, piensan en funcionar como las abejas, por el bienestar de la comunidad (todos los seres humanos), cuidando de su hogar (la Tierra) y mejorando de una forma colaborativa (y no competitiva) su propia vida.

    Me considero entre militante y escéptico. Además de saltarme la regla, pues ya me consideraba escéptico cuando conocí la posibilidad de voto a través de internet con DNIe. Aún es pronto, pero la democracia ya tiene la tecnología para ser una democracia real y no necesitar representantes. Recomiendo revisar democracia Líquida en google. Soy ingeniero de Informática y veo que es una posibilidad muy real. Ya veremos que pasa.

    • la nuestra.El ser de derechas o de izquierdas no es mas que una postura subjetiva con la que juegan los actuales poderes, lo objetivo es laEso que llamais “paradigma” es lo que en terminos científicos se llama ideologia, es verdad que la gente ya empieza a moverse y a pensar de otra manera, pero es mas por la fuerza de los hechos y de la necesidad que por tener una clara conciencia de lo que pasa. La conciencia es fundamental para cambiar cualquier cosa de forma responsable, en este sentido estoy completamente de acuerdo con el compañero Tito Martín, la conciencia que nos falta es la conciencia de clase, y no en un sentido marxista de la trcera y cuartas internacionales, si no en un sentido actual de la teoría científica que nos explica como funcionan las sociedades de clases como posición de clase, resumiendo una sociedad capitalista basada en el poder de los estados. Los estados son herramientas políticas al servicio de los dueños de los medios de producción, basados en las relaciones de explotación y dominación que someten a las inmensas mayorias (99%) con el engaño y la represión, las miserables (y lo digo en todos los sentidos) minorias poderosas que controlan esos estados con regímenes fascistas o parlamentarios. Claro no todos los estados tienen la septima flota de los USA,ni unos servicios de “inteligencia” repartidos por los 4 continentes, este es el detalle que lleva a engaño, “los estados ya no tienen fuerza”, “ya no sirven, son los mercados”. No es así, lo que ocurre es que existen unos estados muy diferencialmente potentes que someten a los otros a sus intereses de tal modo que parece que los otros no existieran, pero existen y es a traves de ellos que nos someten a las clases populares. Estos estados explotadores, débiles o fuertes deben ser nuestro objetivo, derrocar sus régimenes, en nuestro caso la monarquia parlamentaria heredera del franquismo fascista, y defendernos de esos estados mas poderosos que nos convertirán inebitablemente en sus enemigos, pero que últimamente, por la crisis pero también por las circunstancias de la lucha de clases a nivel internacional se están debilitando cada vez más y a su pesar de sus amos y señores, las clases poseedoras de los medios de producción, es decir las burguesias monopolistas. Por cierto lo que cayó en la URSS fué una de estas clases en su lucha contra los USA (la guerra fria) y su propio pueblo. Desde los años 50 y puede que antes de socialista la URSS no tenía nada, tal y como el Ché Guevara ya lo denunció durante sus últimos años de vida. Bueno que la conciencia de clase es clave y hoy por hoy esa conciencia se resume en que mientras quede una sola persona explotada en este planeta, su interés objetivo será el mismo que el de la especie humana en su conjunto, acabar con las relaciones de explotación y de opresión de cualquier tipo y construir otra sociedad basada en las relaciones de reciprocidad y amor entre nosotras y con nuestra madre Tierra y sus ecosistemas, es decir una sociedad Biosférica, sin clases sociales y en armonia con la naturaleza, la nuestra y la del planeta entero…A por cierto esto que he leido de Charles, decirle que las abejas y la especie humana no tenemos nada que ver, que este simil lo utilizaban los fascistas y que un enjambre a pesar de la apariencia es un solo ser vivo, cosa que no ocurre con la sociedad humana en que el respeto por cada individuo debe ser el mismo que se tenga por la comunidada social completa. Cuidado con las ideas fascistas que se nos cuelan, la dignidad solo es posible si lo son la libertad, la democracia y la justicia, un saludo a todas.

  4. Para mi es evidente que ha emergido un nuevo paradigma para comprender quienes somos, la humanidad es concebida de una forma distinta por parte de muchas personas de diferentes puntos del planeta. Lo mismo pasa con los paradígmas sociales y políticos.
    Estoy de acuerdo con el planteamiento de que la dicotomia IZQUIERDA-DERECHA, está obsoleta, pues el nuevo paradigma emergente tiende a una integración de dicha dicotomía histórica.
    Al leer los comentarios del artículo, he intuido que el desarrollo de este nuevo paradigma es heterogéneo.

    Bajo mi punto de vista particular, las personas nos desarrollamos y crecemos psicológicamente cuando somos capaces de integrar los diferentes polos y dicotomias presentes en nuestro sitema de creencias y valores. Al integrar la dicotomia de los conceptos y creencias que tenemos de la política de izquierda y de derecha, somos capaces de rescatar las aportaciones más positivas de ambos sistemas de creencias y crear un nuevo sistema que integre el maximo de aportaciones positivas de ambas visiones.

    A todos aquellos que aún no creen que la integracion de dicotmias, y por lo tanto la trasformación de las mismas en algo nuevo, es evolución personal y humana, les invito a hacer un ejercicio muy simple y a la vez rebelador. Se trata de usar la imaginación durante un ratito para hacer un ejercicio de Síntesis de Opuestos, ejercicio adaptado de crear una serie de imágenes mentales, como si de una película se tratara, recreando en la imaginación como seria tu vida en un mundo dominado por la izquierda. Luego hacer lo mismo imaginando como seria vivir en un mundo dominado por la derecha. Se trata de ver como te sentirias, como serian las relaciones con los demás, como seria tu dia a dia, que cosas harias, como seria el mundo en ambos polos…, la izquierda y la derecha. Es importante rescatar los aspectos positivos de ambos mundos imaginados para recrear con la imaginación un tercer y último mundo, donde se integran los aspectos positivos rescatados de los anteriores.

    Estoy de acuerdo con VersusSistema, en la idea de que efectivamente se está manifestando un cambio de paradigma, creo que este proceso empezó hace mucho tiempo, y ahora estamos atendiendo a la visibilidad de este cambio en los movimientos sociales emergentes, que ya nunca volverán a creer en la mal llamada democracia. Yo una vez confie en ella, pero esta confianza se rompió y me encontre con muchos otros que les pasa lo mismo que a mi, y que estamos dispuestos a luchar activamente para lograr un cambio social real, pues el cambio personal ya lo hemos realizado.

    Un abrazo a todos! Salut i felicitat! :)
    marta