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Si al margen de escribir o no, te estás preguntando quién o quiénes hay detrás de Versus, aunque muchos ya lo saben, porque va la firma en la mayoría de publicaciones, en verdad tampoco importa mucho, este blog es una ventana que se ofrece libre a la rebeldía de los que dicen no a la sinrazón y a la barbarie, de un mundo que se torna cada día un poco menos habitable. Así, cualquiera que sienta ese tipo de desazón puede participar con Versus en la manera en que mejor pueda: aportando documentos, canalizando información, apoyando denuncias o proponiendo acciones.
Importante es aclarar, no obstante, que no se buscan héroes. Se equivocan los que aún plantean la figura del héroe como elemento con el que romper con la violencia y los absurdos del sistema. Cierto, es una figura muy romántica y atractiva, la del héroe, y nos ayuda a sentir en otros lo que muchos hubiéramos querido hacer pero no encontramos el arrojo suficiente. Pero héroes ha habido siempre y poco o nada ha cambiado en nuestro mundo. Siempre hubo líderes carismáticos que arrastraron a la masa tras de sí con un acto heroico, y pese a ello nunca hemos dejado de tener sociedades injustas, violentas y opresoras. El ser gregario, el individuo por delegación, él es quien espera al héroe, en una conducta connatural al hombre. Porque siempre nos resultó más fácil seguir a alguien y hacer lo que éste nos decía, sin pararnos a entender lo que estábamos haciendo, y al final siempre acabamos repitiendo los mismos errores, cometiendo los mismos abusos y aplicando la misma violencia de la que pretendíamos escapar. En este sentido, este espacio pretende ser la antítesis del gregarismo.
La cuestión no es tanto pues si el héroe es necesario o no lo es, si es bueno o es malo, se trata de saber si la acción del héroe puede producir algún efecto en la masa social más allá del estupor, la sorpresa, la admiración o la risa. Hablamos de la capacidad de hacer reaccionar a la ciudadanía para seguir al héroe en su acción, algo que, nunca antes resultó más difícil que ahora, pues, nunca antes estuvo la sociedad tan coartada a no hacer nada cómo lo estamos hoy nosotros. No se hace nada y nada se hace, por la resignada confianza que aún muchos tienen en que el sistema y sus fórmulas acabarán solucionando nuestros problemas si sabemos esperar obedientes y hacer lo que nos digan, no se hace nada porque en la mayoría de los casos tampoco nos enteramos de lo que está pasando, debido al ocultamiento y la orfandad de pensamiento crítico que sufre nuestra sociedad, y no se hace nada y nada se dice también y especialmente por el miedo, por culpa de los mil y un miedos inoculados sigilosamente al ciudadano para mantenerlo aterrado y convenientemente callado.
En este contexto, la figura del héroe queda huérfana de respaldo teórico y del valor suficiente, y no arrastrará a nadie tras de sí más que a algún que otro “loco”. No es ese el camino pues, la revolución pasa por cada uno de nosotros, por que seamos capaces de descubrir el engaño y los absurdos de este juego al que nos obligan a jugar, que notemos lo injusto y cruel que es nuestro mundo y digamos basta, y que la masa gregaria que fuimos siempre nos convirtamos al fin en masa pensante. Es difícil ya lo sé, pero, no tendría gracia si fuera fácil.
Así que bueno, si quieres participar con Versus, ya sabes algo más.