Al fin se consumó lo que estaba cantado, cualquiera con un mínimo de sentido común sabía que el efecto Iglesias al presentarse a las elecciones en Madrid iba a ser un efecto llamada a la derecha a votar en contra, mucho mayor al efecto a favor que pudiera tener entre las izquierdas, y así ha quedado demostrado, con una participación récord que habitualmente suponían victorias de las izquierdas y que en esta ocasión ha sido justo lo contrario. Y lo que tenemos es una mayoría apabullante de la señora Ayuso en la Comunidad de Madrid, lo cual no tiene que suponer algo inmediatamente malo, si sabemos hacer una lectura positiva de los resultados y de la situación posterior que nos dejan.
Veamos pues lo que hay, en sentido derecha a izquierda. Y a la derecha muy a la derecha tenemos a Vox, prácticamente con los mismos resultados que hace 2 años, lo cual nos da entender que este partido tiene su techo y es muy complicado que suban mucho más de ahí, cuando no lo han hecho en esta ocasión teniendo las encuestas a favor y en ascenso en la mayoría del país. Un gran alivio, a pesar de todo.
Pasamos al siguiente, y aquí tenemos al Partido Popular de la señora Ayuso. La señora presidenta como lideresa, nivel intelectual algo limitado, pues para ella la vida virtuosa del madrileño es trabajar y luego irte a los toros, salir de copas o separarse y no encontrarte nunca a tu expareja. En resumen, se trata de una derecha la de Ayuso algo trumpista -como dice Iglesias- que no es para nada moderada y va camino de imponer su estilo al propio Casado y al partido en todo el país. Y bueno, si pensamos en esta estrategia a nivel de Elecciones a las Cortes Generales, con la actual Ley D´Hont es impensable que el Partido Popular pueda sumar con Vox una mayoría suficiente para gobernar en España, pues hay una parte de España que es de izquierdas y hay otra parte nacionalista con mucho peso que nunca va a apoyar una investidura de la derecha con esta línea, tan alejada de la moderación que mostró, por ejemplo, el primer Aznar cuando logró pactar con catalanes y vascos.
El siguiente es Ciudadanos. Poco que decir en este caso. El centro es un espacio muy pequeño, y lo es aún más hoy en España, teniendo como tenemos una sociedad cada vez más polarizada. Tuvieron su oportunidad pero la dejaron escapar y ya casi solo nos queda decir descanse en paz.
Pasamos al PSOE, otro de los grandes derrotados de la contienda madrileña. Y la estrategia del ideólogo señor Redondo fue completamente errada. Pensar que la gente iba a apreciar el aburrido discurso de un señor mayor con gafas porque se trata de un señor filósofo muy sabio es no conocer en absoluto lo que es Madrid, y por extensión lo que es España. En España creo que nunca se ha votado con la razón o el intelecto, y desde hace mucho tiempo se vota cada vez más desde las entrañas, atendiendo sobre todo a detalles de simpatía o antipatía, de amores y odios, de si es más guapo o más fea, casi como si de un reality se tratara. Si esta es la manera de plantear las campañas que tiene el hacedor en la sombra del PSOE en España, la cosa pinta bien para los que creemos que este partido ni es de izquierdas ni ayuda en nada a mejorar la situación de los ciudadanos. En clave nacional, si miramos al señor Sánchez, creo que sin tener el mismo problema que ha arrastrado Pablo Iglesias, sí que comparte en parte algunas de las antipatías y odios que despierta el hasta ayer líder de Podemos, y eso le va a restar en próximas elecciones, al margen de lo que también le restará el desgaste de gobernar en plena pandemia.
Continuamos hacia la izquierda y el siguiente que nos encontramos es el partido del señor Errejón, el otro gran triunfador de la contienda madrileña. Y mucho que me alegro por ello, empezamos a dejar atrás el discurso del insulto, la chulería y la manipulación que ha mantenido UP y especialmente su líder en estos últimos años. Con los resultados de Más Madrid parece evidente que hay una amplia mayoría de la izquierda en Madrid y presumiblemente en España que está por otra forma de hacer política, desde la humildad y el trabajo dedicado por los problemas reales que afectan a la mayoría de la gente.
Y tanto más de lo mismo para lo que va a quedar en Unidas Podemos tras la marcha del señor Iglesias. Importante eso sí que se vayan también con él su estilo y su grupo de afines, que el partido deje de ser una dictadura familiar y pueda llegar a ser aquello con lo que soñó en sus inicios, cuando se decía heredero del 15M y los movimientos sociales, y por supuesto que dejen hacer a la señora Yolanda Díaz, muy valorada en el actual gobierno y con un talante conciliador muy del estilo de esa izquierda a la que aludía en referencia a Más Madrid. Ya toca una mujer presidenta del Gobierno… ¿por qué no Yolanda?
En resumen, no está la cosa tan mal para los que creemos que una España más justa y solidaria es posible. Se trata básicamente de olvidar las contiendas ideológicas radicalizadas, fanáticas y faltonas que hemos sufrido en los últimos años y dedicarse a focalizarnos en los problemas reales que afectan y padecen los españoles y trabajar por y para solucionarlos.
Eloy Cuadra, escritor y activista social.