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“El franquismo sigue muy vivo en La Orotava”

No se me ocurre mejor título para calificar lo que ocurre en la Escuela Municipal de Música y Danza de La Orotava, una escuela con 24 profesores y más de 800 alumnos que mantiene desde hace dos décadas a la misma directora y dónde la democracia pasa por ser no más que una palabra vacía. Una escuela que, poniéndonos en situación, se crea a partir de la LOGSE hace unos 20 años y queda encuadrada en la Red Insular de Escuelas de Música del Cabildo, que deben regirse por las leyes educativas vigentes en Canarias, a la par de cómo funcionaría un instituto de enseñanzas públicas o cualquier otro centro público de enseñanza. Qué debe regirse, pero que en la práctica parece ser que no se rige más que por el capricho y la voluntad de una sola persona: la señora vitalicia directora.
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Y ustedes dirán, ¿a qué viene que me de por escribir sobre este asunto así de repente? Me viene porque me entero de lo que sucede a raíz de una comunicación de un profesor afectado y una entrevista posterior, y me quedo realmente afectado al comprobar que en una escuela donde se practican, enseñan y aprenden artes tan enriquecedoras para el espíritu como la música o la danza, por el contrario, se aplica un régimen de funcionamiento tan arbitrario e injusto -tan poco enriquecedor-. Un régimen que lleva a profesores a sufrir depresión, aislamiento, acoso, horarios intempestivos y hasta despidos improcedentes, por el simple hecho de reclamar algún derecho o proponer alguna iniciativa que va en contra de lo que piensa o quiere la señora directora.
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Así las cosas, me cuentan que fueron varios los profesores que escaparon del centro en el pasado por no soportar las maneras de la señora directora. Algunos con menos suerte sufrieron un calvario añadido previo a su marcha, como es el caso de una profesora de violonchelo, que pasaba por un mal momento y lejos de encontrar en la dirección del centro un apoyo, lo que encontró fue su plaza en oposición sacada para su sustituto, sin previo aviso y sin oportunidad para optar a esa plaza. Y la señora se fue a la calle con su tristeza, algo parecido a lo que le ocurrió a un profesor de trombón, despedido en base a argumentos que no se correspondían con la realidad, al que luego la justicia dio la razón por despido improcedente pero ya el daño estaba hecho. Todo esto, me lo cuenta y prueba el robin hood afectado que todavía aguanta, profesor de piano, rebelde, reivindicativo, sindicalista, o simplemente un profesor que quiere que las cosas se hagan bien. A este valiente, le pierden partes de incidencias, le niegan el uso del registro del centro obligándolo a trasladarse hasta el Ayuntamiento para comunicar con su propia escuela, le dejan de pagar horas que trabaja, le obligan a ir a la Escuela en julio, cuando nadie va, no se le informa de lo que se decide desde la dirección del centro, no se acepta ni una sola de sus muchas propuestas de mejora, y entre lo que soporta, la consecuencia número 1 de todo trabajador que sufre acoso laboral por parte de sus jefes: sentir el rechazo y el aislamiento de sus propios compañeros, que acaban por verlo como un bicho raro, una amenaza, una molestia, alguien con el que no hay que juntarse no vaya a ser que se salga salpicado.
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Y todo esto sucede en la Escuela Municipal de Música y Danza Villa de La Orotava, un centro en el que de repente, en 2014, se descubre –el afectado-, que el régimen interno que se usaba de manera habitual en el centro hasta ese mismo instante, estaba derogado desde el año 2006. Y hasta tal punto el centro parece ser un coto privado de la señora directora, que en junio de ese mismo año 2014 el afectado, nuestro Bruno Martelli particular, lleva al Ayuntamiento donde gobierna desde hace varias décadas CC una campaña de recogida de firmas para pedir que se actualizara y democratizara la normativa de la Escuela acorde a la legalidad vigente, y de esa campaña salió una moción que fue aprobada por unanimidad en el Pleno del mes de diciembre de aquel año. Eso fue hace más de un año. A día de hoy, la moción no se ha llevado a efecto, el centro sigue sin contar con normativa actualizada a la legalidad vigente, sigue al frente la misma directora, no hay a la vista elecciones para la renovación de ese cargo, no hay órganos representativos de los distintos sectores que conforman el centro (padres, profesores, alumnos, etc.,), la democracia continúa pasando de largo, y nuestro valiente profesor mantiene su entereza y su puesto de trabajo, no sin sufrimiento, gracias sobre todo a la protección que le ofrece su afiliación sindical.
Y digo yo, si esto es así, como así parece a tenor de las pruebas y evidencias a las que he tenido acceso: ¿a qué esperan las instituciones responsables (Ayuntamiento, Cabildo, Consejería de Educación) para tomar cartas en el asunto y democratizar el centro? ¿Cuál es el padrino, qué clase de protección, qué entramado de poder hay detrás de todo esto para que una directora se mantenga en su puesto después de tanto tiempo haciendo todo lo que hace, y lo que no hace? ¿Cuántos profesores más deberán sufrir acoso, depresión, ansiedad, baja autoestima y todo lo que conlleva un ambiente así?, ¿qué clase de enseñanza pueden ofrecer profesores con estas condiciones laborales en escuelas con este funcionamiento tan poco democrático y participativo? Y aún más grave, si esto sucede desde hace tanto tiempo en La Orotava y nadie parece querer verlo: ¿cuántas otras escuelas de música de Tenerife pueden estar viviendo situaciones parecidas? En definitiva, espero que este artículo llegue a donde tenga que llegar, y estas cosas no sigan ocurriendo en nuestras escuelas, por el bien de la enseñanza, por el bien de la música, por el bien de la danza, por esos alumnos, por esos profesores.

Eloy Cuadra

3 Comentarios

  1. Alejandro Gonzalez

    Linares …mal te veo…gentuza como tu no queremos en este pueblo bastante mierda hemos soportado ya .. Es hora de que la Orotava despierte y se de cuenta de la chapuza de polÍtica que se ha llevado a cabo los últimos años en el pueblo ….Ojalá te largues de una vez igual que toda esa gentuza de mierda que te acompaña …..Y date cuenta que parte de lo que tu llamas tu pueblo te quieren ver fuera de e…l SOLO TE QUIEREN LOS IGNORANTES….CACIQUE SIN ESCRUPULOS FUERAA….. YA ….

  2. Muy cierto. Desgraciadamente el caciquismo de la Orotava sigue vigente dentro de su Escuela. Qué se apruebe o no las propuestas de un solo profesor, no me parece el tema de relevancia, pues lo que puede ser la buena propuesta de uno pero puede ser mala para otros, la mayoría, el centro o los alumnos.
    LO VERDADERAMENTE GRAVE es lo que ocurre con la dirección y la panda de profesores ( que por falta de personalidad ) apoyan con su silencio , ese terrorismo interno.
    ¿ Cuanto puestos de trabajo son Vitalicio en la música ?
    ¿ Con qué méritos logra ese puesto ?
    ¿ Qué hay que hacer para lograrlo ?
    Dentro del mundo de la música nos reímos de estas personas. Pero estamos tolerando que siga pasando .
    Y al parecer forma parte de lo normal.

  3. Sorprendentemente, muchos alumnos nos hemos quedado sin clase en la Escuela Municipal de Música “Guillermo González”. No tendremos clase durante las tres semanas que dure la baja de paternidad de mi profesor de piano. Pero la situación no es nueva. ¿Y cuál es la razón? NO es que no haya profesionales disponibles para cubrir la baja. De hecho, existe una lista oficial de profesores sustitutos. La razón de la suspensión de clases es bien distinta: la lentitud en la tramitación de la baja del profesor titular. Según me ha explicado el director de la Escuela, para cuando terminen de realizarse las gestiones, el tiempo remanente será inexistente, o bien tan escaso que ningún profesor sustituto aceptaría cubrir la baja. Sin embargo, lejos de intentar agilizar los trámites burocráticos o de mostrar solidaridad con los demás músicos que no tienen trabajo, el director me ha dicho que hay que conformarse. En sus propias palabras: “nos gustaría poder agilizar las sustituciones para períodos cortos, porque considero que no es justo para los alumnos, pero la realidad de las contrataciones es otra bien distinta y tenemos que aceptarla”. La verdad es que me cuesta admitirlo. Me cuesta admitir que a pesar del esfuerzo económico que realizamos las familias para abonar unas tasas de matrícula que desde el año 2013 han subido a 430 euros, las condiciones de enseñanza en la Escuela no mejoren. En realidad, no mejoran en absoluto. Y parece que nadie toma la iniciativa, ni siquiera su equipo directivo, para intentar paliarlas. Todo lo contrario: se dan por sentadas. Quizá sea que a pesar de llevar tan poco tiempo al frente de la Escuela, sus responsables -al igual que muchos profesores-, ya estén quemados. O también puede ser que yo me haya quedado sorda. Y no oiga a mi alrededor las campanadas de una situación de crisis y recortes en todos los servicios públicos, en la cual quedarse sin clase tres semanas sea lo más natural del mundo.

    Muchas gracias por leerme.

    Eva de la Fuente Jodra.