En la semana en la que se vota la investidura en Madrid y muchos se hablará de amnistías, empecinado, yo sigo con la costumbre de ocuparme de los problemas locales que afectan especialmente a Canarias. Aquí, andamos a vueltas con la emergencia alimentaria, para lo que hemos creado una plataforma, y no nos olvidamos de la otra emergencia grave de entre las políticamente incorrectas: la habitacional. Entre las que sí son correctas y mucho gusta de hablar al sistema: la emergencia climática, la energética, la de los cayucos o la de la violencia de género ¡Ojo, no digo que no sean graves también éstas!, sólo advierto de las que sí tienen el beneplácito del sistema para ser oficializadas y comentadas, a diferencia de la alimentaria, la habitacional o la sanitaria (en Canarias te mueres pronto si no tienes dinero para médicos), de las que no se puede hablar claramente, porque de hacerlo y querer buscar soluciones tendríamos que plantear cambiar las reglas del juego de este capitalismo de la escasez, las privatizaciones y la especulación, el de las corporaciones, pues ellos son los que las provocan.
Hecha esta aclaración pertinente vamos con el asunto que nos ocupa, como otras tantas veces, el de la vivienda. Un problema, quizá el problema más grave que afecta a Canarias y a España entera, del que ningún partido político, ni de derechas, ni de izquierdas quiere hablar abiertamente y plantear las soluciones que hacen falta, por eso mismo que acabo de apuntar en el párrafo anterior: porque nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Por eso, ni Sanchez, ni Yolanda quisieron enfrentarse a los fondos buitre, a los lobbies del alquiler vacacional, a los bancos o a la Unión Europea, y se sacaron de la manga una Ley de Vivienda desastrosa que lo único que ha conseguido es restar más vivienda de larga temporada en el mercado del alquiler (6.000 en Canarias en apenas un par de meses, según un estudio de un famoso portal inmobiliario). El asunto es que si nos vamos a la derecha es aún peor, pues lo único que le escuché a Feijoó en campaña sobre la vivienda es que con ellos los ocupas estarían en la calle en 24 horas. Aporofobia como solución, por desgracia funciona muy bien en este país.
Así las cosas, al fin aterrizamos en Canarias con un nuevo gobierno del Partido Popular y Coalición Canaria presidido por Fernando Clavijo. ¿Cuáles son las propuestas de los nacionalistas canarios en favor de la vivienda? En efecto, tampoco ellos le ponen el cascabel al gato. Por lo que hemos escuchado en medios, el señor Clavijo propone, casualidad, cambiar la Ley de Vivienda Canaria para incluir la posibilidad de decretar la emergencia habitacional en las Islas, pero no para hacer a continuación todo eso que hay que hacer y que llevamos años repitiendo y planteando en mil reuniones con políticos de todo color. No, su idea es hacerse cargo de la emergencia habitacional para construir más viviendas allá donde se les ocurra, ya sean suelos rústicos o urbanos, al hilo de la emergencia, y de paso hacer eso que tanto le ha gustado siempre a los de Coalición Canaria, ladrillo y más ladrillo, piche y más piche, y favorecer a sus amigos de toda la vida. ¡Que Canarias tiene 211.000 viviendas vacías según el INE, y el porcentaje de fondos buitre más alto especulando por aquí por allá! ¡Noooo… eso no importa, por ahí no hacemos nada! ¡Que Canarias tiene el porcentaje más alto de alquiler vacacional encareciendo sin parar la poca vivienda de alquiler que hay, sin ley que los frene un poco! ¡Noooo… tampoco por ahí, a esos ni tocarlos! ¡¿Aprobar la Ley de Tanteo y Retracto o la de Expropiación Temporal de Vivienda Vacía, como han hecho en otras comunidades?! ¡Eso tampoco interesa! ¡¿Meterle mano a Visocan para que deje de funcionar como una inmobiliaria para gente de clase media?! ¡Eso tampoco nos viene bien, ahí manda Curbelo! ¡Ah, que Canarias tiene una superpoblación importante y ya no cabe un coche más, ni una carretera más, ni un turista más, ni un edificio más! ¡No importa, seguimos construyendo!
Y la guinda del pastel, la otra gran medida que Clavijo anunció en campaña y a la que hago alusión en el título del artículo, una camuflada amnistía fiscal, o lo que es lo mismo, modificar la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) para que los empresarios que compraron apartamentos para no declarar a Hacienda los beneficios, y no aumentaron sus plantillas ni repercutieron esas ventajas fiscales en generar mayor riqueza para los canarios, como así obliga la RIC, puedan ahora sacar a la luz esos apartamentos comprados con beneficios fiscales y que les sigan rentando en alquiler o venta. Esta medida estaría bien si los empresarios pagaran una penalización a Hacienda por no haber creado riqueza ni empleo con esa inversión en la RIC, y se garantizara que esas viviendas pasan de algún modo al parque público para alquiler social, o como mínimo son puestas en alquiler a precios asequibles para familias canarias y no son desviadas al alquiler vacacional, cómo hacen la gran mayoría por aquí. Pero mucho me temo que nada de esto último interesará ni estará recogido en ninguna nueva normativa, con lo cual estaremos asistiendo a una nueva amnistía, en este caso fiscal, la amnistía de Clavijo. Amnistía que por cierto no sería la primera, ya hubo otra hace un par de meses cuando el gobierno recién estrenado de Canarias suprimió el Impuesto de Sucesiones, para favorecer especialmente a los ricos, y 80 millones de euros de amnistía, los que se van a dejar de ingresar.
En definitiva, esto es lo que hay por la colonia, nada nuevo ni bueno parece vislumbrarse, y así, como si del Día de la Marmota se tratara, gobierne quién gobierne, los pobres siguen sufriendo, si acaso un poquito más cada día, a ver hasta cuanto aguanta el resiliente y abnegado canario.
Eloy Cuadra, escritor y activista social.