Los que me conocen, saben de sobra mi trayectoria larga de años en defensa de los derechos humanos de las personas migrantes, vaya esto por delante. Muchos también saben que llevo tiempo sosteniendo que la mayoría de problemas que sufre Canarias hoy se deben a dos factores, uno es la acción implacable del capitalismo salvaje funcionando a su antojo, el otro es la falta de soberanía que tenemos en Canarias para decidir sobre las cuestiones importantes que nos afectan. En base a esta última idea, las luchas que he emprendido desde los colectivos en los que participo, entre ellos la Acampada Reivindicativa Lolo Dorta, a menudo cuentan con la participación de otros colectivos de corte soberanista. De esa lucha conjunta partió el Manifiesto Defender Canarias, un documento promovido por la Acampada que ha sido firmado por más de cien organizaciones, con ocho reivindicaciones en torno a la vivienda y a la protección del territorio (moratoria, ecotasa y Ley de Residencia), con la idea de hacerlo llegar a todos lados y servir de hoja de ruta ciudadana alternativa.
Lástima de documento, lástima de iniciativa, es lo que puedo decir hoy con pesadumbre. Se acabó el Manifiesto Defender Canarias desde el instante en que se pervierte su idea original, y se lo carga de un componente de odio y xenofobia con el que no lo elaboramos. Porque sabemos que la turistificación masiva del Archipiélago acarrea problemas de superpoblación, de falta de recursos, de contaminación y de falta de vivienda, pero los culpables no son los turistas, ellos vienen porque pueden venir, porque las leyes se lo permiten, tanto si son quince millones como si son veinte. También sabemos que son muchos los europeos y peninsulares que vienen a Canarias a invertir y a establecerse, y ello genera un problema a la población residente que ha de competir por un trabajo y una vivienda, generalmente en condiciones de desigualdad, pero de eso tampoco tienen la culpa los europeos ni los peninsulares, ellos vienen porque pueden venir, porque la ley se lo permite, porque Canarias es un paraíso fiscal, porque tenemos a la clase política más cobarde y más vendida, o porque tenemos el mejor clima del mundo.
Mismo razonamiento para la población de países empobrecidos que viene a Canarias a trabajar en sectores sin cualificar en condiciones muy precarias, desplazando también en parte a la población residente de esos puestos de trabajo. En este caso la culpa tampoco es de ellos, si vienen es porque pueden, algunos incluso jugándose la vida y muriendo en el intento, la culpa es de los empresarios que los contratan y del sistema económico y político que lo permite, que no compensa, que no regula y equilibra estas desigualdades tan enormes. El enemigo, el culpable, siempre es el sistema, son los que gobiernan, son los que hacen las leyes, no la gente de a pie, y esto es lo que algunos de los colectivos que han firmado el Manifiesto Defender Canarias no entienden, cargando repetidas veces con discursos xenófobos o aludiendo de manera velada a los ciudadanos no nacidos en Canarias.
El odio, el desprecio, la xenofobia, el rencor, nunca nos van a traer nada bueno, y de eso mucho sabemos desgraciadamente en España. Es ciertamente una pena que siendo Canarias la tercera Comunidad Autónoma con un sentimiento nacionalista más arraigado, lleve tantas décadas sin contar con un movimiento soberanista de izquierdas con un mínimo peso en las instituciones. Creo que esta anomalía, la anomalía canaria (así la llamo yo), se debe a que una parte de esos colectivos soberanistas se agarran a estos mensajes de xenofobia y odio que no van a ningún lado, y arrastran a todos los demás, a todo un movimiento con este equivocado derrotero. Esto mismo estaba pasando con el Manifiesto Defender Canarias, determinados mensajes públicos muy desafortunados de algunos participantes está llevando a muchos a creer que se trata de un documento xenófobo. Imaginen el disgusto, después de tantos años de lucha contra el racismo y la xenofobia, que me vengan a asociar con eso. Así las cosas, con este artículo hago pública mi renuncia a cualquier vínculo con el Manifiesto Defender Canarias de aquí en adelante, y como ponente promotor del mismo pido disculpas a todos los colectivos que se han sumado y confiaban en mí, por esta deriva que no hemos sabido atajar a tiempo. El camino del Manifiesto Defender Canarias entiendo que se acaba aquí, si algunos de los colectivos firmantes del mismo tienen la intención de seguir adelante con el documento, lo estarían haciendo desvirtuando su idea original, no estando por tanto legitimados para hacerlo. La lucha por el derecho a la vivienda, la lucha por Canarias sigue, pero será en otros escenarios, con otros intentos, en otras confluencias.Disculpen por todo, nos vemos en la próxima, a ver si sale mejor.
Eloy Cuadra, escritor y activista social.