Y lo peor no es que nadie haga nada por detenerlo, es que además todos lo conocen, saben dónde para, cómo y cuándo actúa y a pesar de eso no quieren detenerlo. ¿No les parece algo escandaloso?
Siento el titular tan duro, espero que nadie se moleste, pero no encontraba otra manera de explicarlo. Sí, es posible que haya algún violador suelto por la isla de Tenerife, pero yo al menos no lo conozco, y si actúa imagino que lo hará cuidándose de que nadie lo sepa. El violador del que yo les hablo violenta a gran escala, lo hace con la dignidad de familias enteras, con sus esperanzas, con el trabajo duro de mucha gente y hasta con las instituciones que tanto decimos defender. El otro día supe que este miserable volvió a actuar, la víctima, en primera instancia, un padre al que ayudo de vez en cuando y su hijo enfermo. Quisieron violarlos pero no pudieron, el padre no lo consintió.
Intenten ahora visualizar la escena, un padre de una ciudad de Tenerife, uno como tantos, sin trabajo, sin ingresos. Un padre que está solo con un hijo a cargo, un hijo con una grave enfermedad. Imagínenlo, al padre, colaborando con una asociación “solidaria” que reparte alimentos a familias con dificultades. Trabaja y a cambio recibe algunas bolsas de comida de vez en cuando. En la asociación lo ven, saben que está en una situación precaria, sin tan siquiera luz eléctrica conectada en el apartamento donde viven, y se ofrecen a ayudarlo a cambio de un pequeño sacrificio. El padre accede a ese para él no tan pequeño sacrificio, piensa en su hijo y cree que por su bienestar vale la pena, todo sea por volver a tener luz en casa. Pero en la asociación inesperadamente deciden pedirle otro nuevo sacrificio, que se afilie al partido político al que ellos están vinculados. El padre, ante esa nueva y ofensiva petición se niega, no se afilia al partido. A los pocos días ya no es bien recibido en la asociación y no puede seguir colaborando, y así, deja de recibir los alimentos que tanto necesita.
Hasta ahí puedo contar, no doy nombres porque metería a este padre en más problemas de los que ya tiene, pero merece toda mi credibilidad y aunque no se lo dije expresamente, lo cierto es que estoy orgulloso de que haya ciudadanos de este calibre en Tenerife, que no se dejan forzar, que no permiten que se viole su dignidad como persona, por muy necesitados que estén.
Es la red clientelar, así se llama este violador, y no es una persona ni dos, es un sistema podrido y corrupto hasta la médula, que empieza y termina en el político como hacedor, como consentidor y como beneficiario. Ahora piensen en cuantas ocasiones en estos años habrá podido actuar este violador y habrá logrado su propósito, comprando voluntades, que son votos las más de las veces, tapando, escondiendo y falseando en su beneficio. Desde la ya extinta Plataforma por la dignidad y la Plataforma 29E nos cansamos de denunciarlo durante bastante tiempo, lo probamos, lo documentamos, lo llevamos a la prensa, a las instituciones, al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, al de La Laguna, al Parlamento de Canarias, al Diputado del Común, al Gobierno Central, se lo dimos en papel sellado y firmado al Partido Popular, a Coalición Canaria, al PSOE, a Nueva Canarias, a Podemos, a Ciudadanos, a los de la Gomera, a Izquierda Unida (a VOX no se lo dimos porque no estaban). Les hicimos ver lo dañino que es para el sistema y para la democracia en sí misma que se juegue con las necesidades de las familias para hacer campaña, captar afiliados o conseguir votos de manera forzada y fraudulenta. Insistimos una y otra vez en qué las ONG no pueden estar en absoluto politizadas, no puede haber vínculo, no puede haber foto, tienen que estar controladas y fiscalizadas para que sean limpias y honestas y estas cosas no sucedan, porque la alimentación es un derecho no una limosna o una dádiva, porque así se desvirtúa la solidaridad y se convierte en mercadeo, y no hay democracia, no, no la hay. Y no solo en lo que concierne a las ONG y el reparto caritativo de comida, también les hablamos de los contratos y servicios externalizados con empresas privadas –o no- que prestan servicios públicos a las Instituciones. Tampoco aquí hay control, a menudo no son las mejores empresas ni los mejores trabajadores, son las y los que más y mejor se pliegan a la voluntad del político. Sí, también de esto les llevamos documentación y pruebas, cosa que ellos ya sabían por cierto, y es que, así de ilusos somos algunos. Es la red clientelar actuando nuevamente, vestida ahora con otro atuendo, pero siempre con las mismas malas prácticas y con el mismo objetivo final, comprar voluntades y a través de ellas mantener el poder.
Y bueno, no voy a extenderme más porque la mayoría de ustedes ya saben cómo funciona esto. Muchos porque participan y se benefician de una u otra manera, otros tantos porque lo sufren y no tienen la fuerza ni la capacidad para resistirse, y otros porque lo saben pero consienten porque no les afecta. Aunque en realidad sí que les afecta, a ellos y a todos, cuando se viola la dignidad de las personas que peor están y las reglas básicas de la democracia.
Lo peor de todo esto es lo que decía al principio, cuando este artículo se publique habrá quién lo lea, algunos se escandalizarán, otros se entristecerán y muchos se sentirán aludidos por activa o por pasiva, pero mucho me temo que pasará el tiempo y el violador seguirá suelto por nuestra isla, humillando, forzando, violentando y sometiendo cada vez que pueda. O tal vez no, quizá ahora la cosa cambie. No sé, no tengo muchas esperanzas, aunque, no puedo engañarme, si no me quedara aún un mínimo no habría escrito este artículo.