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Medios comprados, políticos cobardes, mafias y centros de mayores.

Paréntesis mínimo en la lucha por el derecho a la vivienda para dedicar unas líneas a una noticia que dan casi todos los medios canarios esta semana. Bueno, más que una noticia es un horror. Se trata de un informe del Diputado del Común que data de 2019 pero se ha hecho público en estos días, un informe que habla de las numerosas irregularidades e indignidades que se viven en numerosos centros de mayores de Canarias. El informe habla de falta de higiene, ratas, escasa alimentación, falta de ventilación o ventanas en las estancias, ancianos que no hablan porque están drogados y un largo etcétera de calamidades y maltratos repartidos por un buen número de asilos. Para muestra de la gravedad el titular de un diario digital muy leído: Sarna, ratas, chinches y falta de atención en centros de mayores en Canarias: “La conmoción es indescriptible”. También hablaban de ello en la mañana de este martes en una famosa tertulia radiofónica, donde me sorprendió sobremanera los indignados y alarmados que se mostraban los contertulios, como si fuera algo nuevo. Asunto grave este sin duda, especialmente después de haber pasado la pandemia y unas cuantas olas y haber visto cómo morían tantos ancianos en residencias en condiciones infrahumanas. Pero no, nada de esto es nuevo, y lo que es peor, aquí en Canarias, medios de comunicación y políticos lo saben desde hace mucho tiempo. Lo que ocurre es que entonces, en 2016, cuando algunos activistas lo denunciamos, este asunto no interesaba a casi nadie y se tapó, se tapó como suele taparlo la mafia normalmente. Les cuento un poco para que se pongan en situación.

baño
Nos vamos al mes de mayo del año 2016, en Tenerife una plataforma social conocida como la Plataforma por la Dignidad recibe quejas de varias familias de usuarios de centros de mayores de la isla. Después de analizar bien la documentación, las fotos, los testimonios, las leyes, las imágenes y otro montón de pruebas y quedarnos verdaderamente horrorizados, hacemos lo que solemos hacer siempre, abrir una vía de comunicación con la clase política con vistas a buscar soluciones y depurar responsabilidades, y abrir otra vía de difusión en medios de comunicación para presionar, advertir y de paso que la gente sepa cómo están las cosas. La vía política nos llevó inicialmente a tocar a la puerta del Cabildo de Tenerife, como primer responsable de la gestión de los centros de mayores. La respuesta fue el silencio de la mayoría de partidos de la institución insular, además de la negación total de la realidad de lo que denunciábamos por parte del grupo de gobierno (CC) cuando nos llamó. Solo pudimos reunirnos con una Consejera de Podemos en el Cabildo. Echó balones fuera e intentó quitarse de encima el marrón, tal vez se asustó, o quizá fuera por corporativismo, pues además de consejera era enfermera especialista en geriatría. Pero como nosotros en esa plataforma no nos dábamos tan pronto por vencidos acudimos también al Parlamento, dejamos copia en todos los grupos y se lo comentamos personalmente a Nueva Canarias y otra vez a Podemos, en esta ocasión a un diputado por entonces en la oposición, que ahora es miembro del Gobierno de Canarias. Y otra vez pudimos volver a oler como se huele el miedo que sale de esas partes bajas del cuerpo, y otra vez nos fuimos de vacío, sorprendentemente, a pesar de la contundencia de las pruebas que llevábamos.
ancianos
Ya solo nos quedaba jugar la baza de los medios de comunicación y ahí que nos fuimos aún con ciertas esperanzas. Si los medios le daban la difusión que este asunto merecía los políticos tendrían que actuar aunque no les gustara, y así nos fuimos a tocar a la puerta de la mayoría de grandes medios de las islas. Cómo era de esperar, a cualquier periodista mínimamente comprometido al que le presenten las pruebas que teníamos le iba a interesar. Y conseguimos que el periódico más leído de toda Canarias estuviera dispuesto a sacar el tema a toda página con algunas muy dolorosas fotos incluidas, también una televisión local y por supuesto unas cuantas radios importantes. Sabíamos que una vez puesto el tema en algunos importantes medios locales los medios nacionales vendrían detrás. Todo marchaba al fin aparentemente bien, pero -ilusos- no contábamos con la mafia. Y así fue, la mafia política implicada en este asunto comenzó a llamar a las redacciones de los medios, a hablar con jefes, a presionar como solo ellos saben presionar, a amenazar con dejar de subvencionar o incluso con querellas si algo poco apropiado salía publicado. Y todo lo que estaba a punto de hacerse público se silenció. Bueno, en honor a la verdad no todos los medios cedieron. Sí que nos entrevistó Manuel Artiles en Mírame Televisión, pero todo muy suavizado y con serias advertencias de un montón de palabras cómo “malos tratos”, “vejaciones”, “abandonos” y demás por el estilo que no podíamos pronunciar. Y por supuesto Radio San Borondón, donde no hubo la más mínima limitación o censura a lo que denunciábamos, además de en el magnífico digital La casa de mi tía.
Y eso fue básicamente lo que pasó en aquel año 2016 en relación con los centros de mayores y las denuncias que nos llegaron. Lo cierto es que en todos mis muchos años de activismo social, este asunto ha sido hasta la fecha mi mayor fracaso, por lo doloroso que era todo y porque tuve que decirle a las familias de aquellos ancianos maltratados que no habíamos logrado gran cosa. Mi pena fue aún mayor cuando llegó la pandemia y todos vimos horrorizados cómo morían los ancianos uno detrás de otro en esas condiciones tan indignas. ¿Cuántas muertes se podrían haber evitado si aquel escándalo que apuntaba ya en Canarias en 2016 con reflejo en toda España se hubiera destapado e investigado a nivel nacional? Las ratios, las ratios no se cumplían nunca, se falseaban los conteos de personal, incluían como cuidadores a los oficinistas, a los cocineros, a los jardineros, a las limpiadoras y hasta a los directivos, y lo hacían -y lo siguen haciendo- gracias a una trampa legal de la propia Ley, todo por el lucro, el beneficio, ese paradigma inamovible de nuestro mundo.
angel victor feliz
En fin, creo que en cualquier sociedad que se precie de ser mínimamente digna se revisarían todas esas denuncias pasadas para descubrir a los actores implicados entonces -la mafia y los políticos cobardes-, para que paguen de alguna manera. Y bueno, a los medios comprados, o vendidos, los dejamos estar, en sus conciencias queda. Después de todo son empresas, con gente que tiene que comer y pagar sus facturas, como todo el mundo, de seguro muchos habrían ido al paro si no se hubieran plegado a los intereses de nuestras mafias políticas. Así funciona la cosa por estas latitudes canarias. Pero seguimos, de momento seguimos, disculpen las molestias.

Eloy Cuadra, escritor y activista social.