En esta tercera entrega de la serie sobre la pobreza en Canarias quiero abundar sobre el error continuado de un grupo de partidos, viviendo muy alejados de la realidad diaria de esa mayoría de gente pobre o en riesgo de pobreza que hay en Canarias, lo que se traduce en la existencia de una mayoría social huérfana de referentes políticos con los que identificarse y a los que votar cuando llegan las elecciones, perpetuando así la desigualdad tan obscena que soportamos casi como un endemismo más en esta tierra canaria.
Estamos huérfanos, es así de sencillo, la gente pobre de Canarias y las que se aproximan, esto es, ese 44% del arope, no tienen a nadie que los defienda desde el ámbito político con un mínimo de realismo, de cercanía y de efectividad, cosa que no ocurre con la clase media acomodada, con los grandes empresarios y con la clase pudiente, con todo un sistema trabajando a su favor además de unos cuantos influyentes partidos.
Así, si nos vamos un poco más al detalle, comprobamos cómo sus señorías los de la caja B hacen reformas laborales a medida de un determinado sector de la sociedad, con amnistías fiscales a modo de barra libre para ayudar un poquito más, reformando la Justicia, la Educación y la Sanidad para hacerlas caras y poco accesibles a los pobres, gastando poco por aquello del control de déficit, eliminando unos cuantos impuestos de los que gravan preferentemente a los ricos y dejando los indirectos que nos afectan a todos por igual, y para acabar, por si con todo esto no bastara, repartiendo el dinero público que les queda externalizando todos los servicios que pueden y más, derivándolos a grandes empresas convenientemente seleccionadas por sus “méritos”, esperando que se acuerden de agradecer a sus licitadores el detalle cuando corresponda. Y nos venimos a Canarias y tenemos casi un paraíso fiscal al servicio de los grandes empresarios y la clase pudiente, con un partido Coalición Canaria que copia casi en todo al Partido Popular, y en lo que no lo copia copia al perpetuo PSOE de Andalucía y sus efectivas redes clientelares, para seguir gobernando sin ganar casi nunca las elecciones. Obligados a mencionar al PSOE, al de Canarias también, partido histórico muy votado siempre por aquí, algo más complicado adivinar a quién defienden en verdad, por culpa de esa pérdida de identidad, la falta de rumbo claro y el espacio que le ha robado Nueva Canarias. Me van a perdonar pero yo no sé a quién defienden los del PSOE en las Islas, más allá de a ellos mismos. Y por último están los de Ciudadanos, que se postulan como los defensores de los autónomos, el que se lo crea.
Y así llegamos al momento en el que tenemos que preguntar dónde están los partidos que en Canarias luchan contra las desigualdades y por extensión defienden a la gente pobre o en riesgo de pobreza, en teoría, según nos cuentan en sus programas electorales. Y esos partidos son Podemos, Sí se Puede e Izquierda Unida, por nombrar a los de izquierdas que más votos sacan. ¿En serio? ¿Alguien se cree que estos tres partidos defienden de verdad a las muchas miles de familias en situación precaria que hay en Canarias? Para empezar, estos tres partidos no gobiernan en ningún lado ni lo han hecho casi nunca, más allá del efímero paso del Sí se Puede por la alcaldía de Buenavista del Norte y los tripartitos de Podemos en Gran Canaria. Y como todo el mundo sabe, si no se gobierna no se puede legislar a favor de nadie, quedándoles a estos partidos únicamente la posibilidad de llevar mociones y PNL a los plenos, preguntas en comisiones, peticiones de comparecencias y poco más, con el triste resultado de ver cómo todo lo que se lleva realmente importante es vetado por la mayoría, una mayoría que dejará que se aprueben solo cuestiones y propuestas menores que en nada afectan o molestan al sistema, cuando no se quedan sin desarrollar guardadas en un cajón a perpetuidad, como pasó, por ejemplo, con la ILP de la Sanidad Pública Canaria o con la figura del Defensor del Menor. Y así pasan los cuatro años y cuando llegan las elecciones estos partidos se ponen el traje de campaña para contarnos todo lo que harán cuando gobiernen, sabiendo nosotros, y sabiendo ellos, que las posibilidades de gobernar son más que remotas. ¿Y saben por qué no ganan?, porque salvo contadísimas excepciones no han resuelto un problema real en cuatro años ni han defendido realmente a nadie, no al menos a personas con nombres y apellidos. No, no han defendido a Loli de El Cardonal, ni han defendido a Davinia de Añaza, ni a Pilar de La Cuesta, ni a Luisa de San Matías, ni a Jenifer de los Campitos, ni a Juan de San Isidro, ni al pequeño Jorge, ni a Ramón de Las Palmas, ni a ninguna otra de las muchas miles de familias que sufren en Canarias por las políticas de los de siempre. A toda esta gente, si tienen suerte los defenderán cuatro voluntarios de plataformas sociales como la Plataforma 29E, la PAH, Deniper o la Plataforma por la Dignidad, y si no tienen suerte de dar con ellos les tocará buscarse la vida solos, porque sus señorías están para hacer política, en otro nivel, ellas no bajan al barro de la calle. No, ellas no, para eso las han votado, para hacer política… ¡¿pero qué política?! Resultado efectivo de partidos como IU, SsP o Podemos: cero o próximo a cero. ¿Y con este bagaje quieren ustedes ganar las elecciones para cambiar las políticas? Pues, creo que lo llevan claro.
Como muestra de esto que les cuento dos ejemplos recientes. Asamblea ciudadana en Tenerife, colectivos sociales implicados en la defensa de la gente que menos tiene se posicionan claramente en contra del Anteproyecto de Ley del Tercer Sector que prepara el Gobierno de Canarias, por considerar la ley innecesaria y sobretodo por entender que institucionaliza la caridad y perpetúa las redes clientelares. Podemos es invitado a sumarse a este rechazo social a la ley pero sus señorías las de morado consideran que la ley podría estar bien con algunas o muchas enmiendas, y no se suman, haciéndole el juego, tal vez sin saberlo, a la mismísima derecha de la caridad cristiana y el reparto de las migajas al legitimar esta ley.
Y otro caso más, el de una madre joven que malvive en una casa ocupada de Santa Cruz, sin ingresos, sin trabajo, sin subsidio, sin agua, sin ayudas sociales ni familiares, que desesperada pide ayuda a una plataforma social. La plataforma hace una llamada a la solidaridad ciudadana para ayudar a esta madre y al tiempo denuncia públicamente el colapso de los Servicios Sociales de la ciudad, con unas listas de espera de más de 3 meses para una primera cita. La ayuda ciudadana le va llegando a esta madre, pero también le llega una nota de prensa del concejal responsable del área en la que arremete contra la plataforma social y contra la madre, faltando descaradamente a la verdad en importantes medios de comunicación. Cuando la plataforma social denunciante pide ayuda a los partidos de la oposición supuestamente de izquierdas en Santa Cruz para emprender acciones públicas contra el concejal por unas declaraciones altamente reprobables, ni PSOE, ni IU se pronuncian en lo que parece un desprecio, y el que sí se pronuncia, Sí se Puede, lo hace para declinar la invitación a participar en ninguna acción pública de denuncia del concejal, porque ellos no tienen por costumbre implicarse en luchas particulares de ciudadanos.
Y estos son solo dos ejemplos recientes -dos entre muchos- con los que podemos ver de manera clara la desconexión tan grande que hay entre los problemas reales de la gente que menos tiene y la clase política que en teoría debería defenderlas. Unos, huérfanos, sufren las políticas efectivas y contundentes de la derecha, los otros, acomodados, hacen política de salón con propuestas que no llegan a nada, y así nos va, y así les va.
Pobreza en Canarias, para pobreza la de nuestra clase política.
Eloy Cuadra