Empecemos por ser realistas, en nuestras democracias occidentales, a gran escala y también a pequeña escala, hace tiempo que se impusieron las tesis más fieles al liberalismo de libremercado y todo lo que este sistema conlleva. Así las cosas, los que queremos otra forma de hacer política, otro modelo, llamémosle de izquierdas, llamémosle más justo, estamos claramente a la contra y en desventaja. Asumiendo esto es más fácil entender lo futil de creernos lo que nos cuentan en sus programas los partidos de izquierdas y los que se apuntan al nuevo y equivocado paradigma de “los de arriba y los de abajo”, desde los de abajo. Las Administraciones hace tiempo que se vendieron y lo vendieron o privatizaron casi todo. Un ejemplo de programas de izquierdas que no se pueden cumplir lo tenemos en Grecia, ahí están intentándolo, sin poder, de momento, hacer demasiado. Otro ejemplo en España, cuando cambiaron la Constitución por el asunto del déficit entre el PP… ¡y el PSOE!, estando gobernando el PSOE, supuestamente de izquierdas. De hecho, el PSOE ha sido la primera víctima política de esta realidad que nos empuja a todos hacia la derecha. Ellos, hubo un tiempo en que eran de izquierdas, un poquito al menos, y algunos se lo creían, y algo hacían. La última y dura corrección del sistema tras la crisis que empezó en 2008 ha convertido en papel mojado todo el ideario socialdemócrata de los socialistas. Podían haberse resistido pero prefirieron adaptarse a la corriente, y ahora lo están pagando, un partido sin identidad, una versión maquillada y suave del Partido Popular, todo lo más.
Si tenemos esto claro nos resultará más fácil acertar con el voto. Sabremos que a un lado están unos cuantos partidos, el PP, el PSOE, los del “cambio sensato”, los cuasi cadáveres de UPyD, Coalición Canaria y algunos otros nacionalismos de derechas como el CCN, que no cuestionan para nada las reglas del juego y por acción o por consentimiento trabajan para un sistema que perpetua la desigualdad, la mentira, las injusticias, los abusos, la destrucción de nuestros ecosistemas en aras del crecimiento económico y otro montón de barbaridades más. Sí tu situación es buena, si estás bien como estás o aún sin estarlo vives una realidad donde sólo importa lo tuyo cercano y además estás convencido de que no hay nada que hacer fuera de esta martingala, entonces te será fácil aceptar como buenas las propuestas de este grupo de partidos y no tendrás problema para votarlos. Si no estás entre los de este último grupo y quieres algo más, entonces te tocará mirar a esos otros partidos “de izquierdas” o “de los de abajo” que llevan programas con importantes contenidos sociales, ecológicos, feministas, que nos hablan de transparencia, de participación, de equidad social, de cooperativismo, de recuperar lo público en muchos sectores claves y de otras tantas historias muy chachis. El problema que se nos presenta es ver con cuál te quedas cuando son tantos los que ofrecen casi lo mismo y van por separado -algo que desanima ya de entrada-, sabiendo como ya hemos apuntado que estamos jugando a la contra y que la mayor parte de esos programas están limitados por el despilfarro, las privatizaciones, la corrupción generalizada y la mala gestión de los que ahora están, y son por tanto irrealizables a corto plazo.
En este punto alguien dirá: “si los programas de izquierdas son en su mayor parte irrealizables a corto plazo, ¿en qué me fijo para decidirme por uno u otro partido?” Y dirá bien, y en esas estamos, votando más por afinidades, por modas o por simpatías entre un montón de opciones. La respuesta a la pregunta está en la realidad misma. Si estamos en Canarias y se trata de luchar por una mayor justicia social y por más y mayores cotas de bienestar para el mayor número de canarios, pero vamos a la contra porque luchamos contra un enemigo poderoso y planteamos la cuestión como algo a medio y largo plazo, entonces, deberíamos apostar por la opción que nos de las mayores garantías de que van a estar ahí, hoy, mañana, pasado y siempre, luchando del lado del pueblo canario, por y para los canarios, sin miedo, sin hipotecas, yendo hasta donde haga falta, más allá de personalismos, de modas y de sucursalismos.
Y aquí yo ya lo tengo claro, mi opción es Alternativa Nacionalista Canaria. Por una cuestión de soberanía, ya lo dije en mi anterior artículo, porque en ANC reclaman la máxima soberanía y detrás de los principales problemas de Canarias está la ausencia de soberanía, con la independencia como herramienta de lucha, como referente en el horizonte, como utopía de cualquier pueblo que se precie de serlo. Por esta y por otras razones. Porque son jóvenes, muchos, y si se trata de ser perseverantes y trabajar con vistas a un proyecto de futuro, con nadie mejor que con jóvenes. Porque tienen un proyecto para toda Canarias con grupos surgiendo en muchos pueblos, en distintas islas, porque son muchos y no responden únicamente a la voluntad, el carisma o el trabajo de una sola persona, como sí ocurre en otros casos con otras opciones de izquierdas. Porque no tienen conexión ninguna con oligarquías o poderes económicos que nos hagan pensar que se van a vender o nos van a vender en el futuro por un puñado de euros. Porque son valientes, y van hasta el final por defender a Canarias, cómo cuando hace unos meses se fueron hasta las “portuguesas” Islas Salvajes a 100 km al norte de Canarias para denunciar la falta de soberanía de los canarios en el asunto de las prospecciones, y fueron detenidos y a punto estuvieron de crear un conflicto internacional. ¿Se imagina a alguien del Sí se Puede haciendo algo parecido? Yo no.
Porque además, no los mueve una moda televisiva ni un momento de indignación ante una situación de crisis, puntual o mantenida, los mueve un sentimiento que viene de antiguo y que tiene una raíz noble y profunda, que no es otra que el amor a una tierra y el saber que las injusticias no prescriben por mucho tiempo que pase. Y sobre todo, porque son de izquierdas y son de aquí, de Canarias; porque en una Comunidad que está sólo por detrás de Cataluña y País Vasco en sentimiento nacionalista según el CIS, no se entiende que no haya un partido de izquierda nacionalista con representación en sus instituciones; porque la gente, mucha gente disconforme, por ese mismo sentimiento nacionalista canario no se identificará nunca ni votará a un partido sucursalista con sede y dirección en Madrid o en Barcelona, por muy chachis que estos sean, y a falta de un partido de izquierdas de aquí muchos acabarán votando a los de siempre, a Coalición Canaria. Porque además los sucursalismos tienen un grave hándicap para Canarias, y no sería la primera vez que un partido sucursalista con representación en Canarias comercia con los intereses de Canarias en favor de otros intereses de su propio partido en otro lugar, olvidando lo que es mejor para los canarios. Esto, esto nunca pasará con ANC.
Por estas y por otras muchas razones yo opto por ANC. Cierto es, como me dijo el otro día un amigo, que igual yo soy sólo un verso suelto dentro de un grupo que no piensa mayoritariamente como yo. Es posible, pero quiero creer que no es así, por lo que he visto. También sé que a este proyecto, como a todos los proyectos emancipadores, los amenaza también el mismo germen que condena a nuestra sociedad -llámese egoísmo, individualismo, fanatismo o nihilismo-, presente en mayor o menor medida en todos y cada uno de nosotros, como de hecho viene sucediendo desde hace tiempo con multitud de procesos de unidad popular siempre intentados y nunca conseguidos. Y en esas estamos ahora, que no digan que no lo intentamos.
Eloy Cuadra, es escritor, activista social y número 27 en la lista de ANC al Ayuntamiento de Santa Cruz como independiente.
Señores de ANC, ¿para quién piden esa soberanía? Aunque la Constitución dice que la soberanía reside en el pueblo español, eso es absoluta mentira. La soberanía reside exclusivamente en la cúpula de los partidos políticos. ¿Quién decide las personas que van en una lista electoral? El jefe del partido. Todos los de esa lista que consigan un puesto de diputado obedecerán lo que les ordene su jefe de partido, y votarán lo que éste les ordene. Si ese partido tiene mayoría absoluta, su jefe de partido será también el Presidente del Gobierno, y éste tendrá en su mano derecha el poder ejecutivo del Gobierno, y en su mano izquierda el poder legislativo del Parlamento. Cada diputado representa a su jefe de partido por que le debe obediencia solo a él, por tanto es falso que los diputados representen al pueblo español, no representan ni obedecen ni siquiera a quienes les votaron.
Si el jefe del partido más votado tiene en sus manos el poder ejecutivo (gobierno) y el poder legislativo (parlamento), entonces es un dictador, por que tiene todo el poder político y a él no hay nadie que le pueda controlar lo que hace. Se supone que el parlamento es el que debe controlar al gobernante, pero en España no existe control del gobierno, por que es el gobierno el que controla al parlamento. Eso amigos míos se llama dictadura. Y por definición toda la soberanía reside en el dictador. En España la dictadura de Franco no ha terminado, la única diferencia es que ahora el dictador dura cuatro años en vez de cuarenta, pero la dictadura en si misma no se acaba nunca. Y también podemos desarrollar y demostrar esta idea para el caso de las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
Cuando ANC pide más soberanía no la está pidiendo para el pueblo canario, sino para el jefe de su partido. Señor Eloy Cuadra, cuando pides más soberanía para Canarias, no la estás pidiendo para los pobres, ni para el pueblo, ni para el Parlamento canario, sino para el jefe de tu partido. Cuando un español vota una lista de partido en realidad no está eligiendo nada, solo está dando al jefe del partido este mensaje: quiero que sea usted nuestro dictador durante cuatro años, que haga lo que se le antoje y que nadie le controle lo que hace, por que usted es el único soberano. Cuando un español vota una lista de partido está reconociendo que no tiene soberanía, y mientras siga votando jamás la recuperará.
Señor Eloy Cuadra, lo que tú estás pidiendo no es soberanía, por que esa ya la tienen los partidos. Lo que pides es que el Estado central delegue más competencias a la Comunidad Autónoma de Canarias. Pero ten en cuenta que la soberanía sobre esas competencias residirá en los jefes de partido, y que solo ellos podrán decidir lo que se hace o deshace con ellas. Me constan tus buenas intenciones, pero lo que tú quieres para Canarias es muy diferente de lo que estás pidiendo. Lo que tu quieres para Canarias no se consigue con más soberanía para los jefes de partido, se consigue evolucionando la dictadura que tenemos hacia la verdadera democracia representativa.
Pero qué cantidad de boberías de principio al final sin conocer el funcionamiento y estructura de ANC. ANC es un partido asambleario, es decir, que no tenemos “jefe”, las listas las elegimos entre todos, por votación a los voluntarios. ANC es una organización horizontal por mucho que cueste entender algo así.
Don Jesús, le voy a decir cual es su porvenir: tendrá usted la misma suerte que Monedero.
Que un partido sea asambleario, tenga listas abiertas o lo que sea INTERNAMENTE, no lo convierte en defensor de la democracia. La democracia debe estar en manos del pueblo, NO de los partidos. El pueblo debe poder elegir a sus representantes no a partidos o a listas, sea como sea la forma en que estas listas son creadas. Todo lo demás si que son ‘boberías’ y producto de la ignorancia y el desconocimiento de lo que la democracia es y que ya fue definido por grandes pensadores como Montesquieu. Sin representación y separación de poderes NO HAY DEMOCRACIA. España no es un país con democracia y no lo ha sido ni un sólo día de su historia.
Justamente por esto España sólo es gobernable GRACIAS a la corrupción, la que ha existido y existirá, pese a la buena o mala voluntad de algunos miembros de los diferentes partidos; porque lo que falla el sistema, no el que en uno u otro partido haya mas o menos personas malintencionadas. El corrupto SIEMPRE se acercará a aquellos partidos con mayor hegemonía y poder en el estado (del que todos ellos son órganos, ya que se financian de él). Si hoy están próximos al PP, mañana, si finalmente la dictadura cae en manos de Podemos, lo estarán de éste último. El que no quiera ver esto, es que no entiende nada de nada, es un ignorante y además, con su voto en las urnas, es cómplice de la misma situación que critica. No se puede cambiar el sistema participando desde dentro de él. No se puede hablar de democracia en un país donde los partidos están TODOS financiados por el estado (por todos los súbditos, en consecuencia) y formar un partido dentro de esta misma monarquía de partidos para ‘vender’ la moto de querer cambiarlo. En este cuento ya lleva Izquierda Unida desde que el PC traicionó a sus principios de la mano de Carrillo para ‘entrar a palacio’ y participar con los demás del banquete, de espaldas al pueblo y violando así a la soberanía popular.
Por otra parte, lo de las listas abiertas, tan de moda últimamente, es una mofa en toda la cara de la ciudadanía; es algo así como decir: mirad, la democracia que os negamos a vosotros, oh, pobres súbditos y contribuyentes, la disfrutamos nosotros, aquí dentro de nuestro partido, al que vosotros no pertenecéis y del que por tanto quedáis excluidos. Las listas abiertas son una memez de un calibre sólo comparable al de otro concepto muy en boga en España y que es el de ‘consenso’; que justamente es completamente lo opuesto a cualquier tipo de democracia. El consenso elimina la libertad de pensamiento, lo aleja de las decisiones para establecer una idea hegemónica que se impone por una cúpula de líderes de partidos. Por mucho que os repitáis a vosotros mismos y al resto de los ciudadanos, a través de los grandes medios de comunicación estas ideas, no vais a convencer mas; una mentira, no por mucho repetirla se convierte en verdad. En España NO HAY democracia, no hay libertad política, ni el pueblo participa en las decisiones, ya que no tiene representación; no está representado en los parlamentos porque no elige a los congresistas. No se puede hablar de ‘ciudadanos’ en este país, se puede hablar de súbditos que pagan los impuestos.
Me remito a la “Ley de Hierro de las Oligarquías” de Michel, quien ya dijo hace muchos años que donde hay organización no puede haber democracia, por que las reglas de la organización priman, son más fuertes que las reglas de la democracia. Un partido de masas requiere una organización interna, solamente puede funcionar con la oligarquía del aparato, no con democracia de base, eso es imposible. En este país las primarias no tienen sentido por que solo se presentan y ganan los candidatos que quiere el aparato del partido. Mientras ANC sea un partido pequeño, es lógico y natural que se pongan de acuerdo entre ellos para tomar decisiones, pero si un día se convirtiera en un partido de grandes masas, (lo cual es necesario si quieren llegar al poder), perdería esa supuesta democracia asamblearia. Las personas que estuvieran en el partido desde sus inicios tarde o temprano se darían cuenta de esta transformación inevitable y muchos de ellos se marcharán asqueados. Solamente quedarán los que no tengan ideales sino ambiciones de poder. Y por su puesto recibirán avalanchas de ambiciosos de poder de todas partes, hasta de otros partidos, cuando crean que el partido puede llegar a ganar las elecciones.
Eso le ocurrió a Podemos, en Tenerife los de SSP desembarcaron en bloque para adueñarse de las siglas que creían que iba a ganar, y en otras regiones ocurrió lo mismo pero fueron otros partidos los que se apuntaron al caballo ganador, todo ello con el conocimiento, beneplácito y permiso de Pablo Iglesias. Podemos se ha convertido en una bolsa de políticos de muchos partidos y de muchas tendencias, no de gente de la calle que salió al 15M, de esos ya no hay ni uno. Pongo como evidencia de esto el caso de Monedero, quien dijo al salir del partido “nos hemos convertido en aquellos a quienes criticábamos”, y también dijo “nos importa más un minuto en televisión que los ideales y las personas a quienes defendemos”.