¿Qué dirían ustedes del dueño de una casa que la decorara con cuadros de Franco por las paredes? A lo sumo dudaremos entre franquista o como mínimo un nostálgico de aquellos tiempos. Pues si esta reflexión está clara, por qué no se entiende igual cuando hablamos de símbolos de Franco o del franquismo decorando una ciudad. ¿Tenemos que ser todos los santacruceros franquistas a la fuerza? ¿No es acaso Santa Cruz la ciudad y la casa de todos los que aquí vivimos? Pues parece que ni al alcalde Bermudez (CC) ni a sus socios del PP les entra en la cabeza, y así llevamos ya unos días con el asunto de los monumentos y demás reseñas conmemorativas del franquismo en Santa Cruz de Tenerife siendo portada de toda la prensa por el monumento a Franco de la avenida Anaga que los populares quieren recuperar gracias a la tibieza del alcalde nacionalista, cuando además somos la ciudad de España con más recuerdos y homenajes a la dictadura, a pesar de tener una Ley de Memoria Histórica vigente que obliga a retirarlos, y a pensar sobre todo de que estamos hablando de homenajes a un régimen que provocó una guerra civil en la que se contaron en torno a 700.000 muertos sumados ambos bandos, además de unos 150.000 desaparecidos posteriores, por no hablar de los casi 40 años de aislamiento, regresión cultural, boicots internacionales, hambrunas, miserias y represiones de todos los colores.
En serio, no sé qué parte de la película se han perdido los del Partido Popular o los de Coalición Canaria y con ellos buena parte de la ciudadanía que consiente o apoya. No se trata de ser de derechas o de izquierdas, esto no va de podemitas, de rencores, de comunistas o de bolivarianos, es puro sentido común si de democracia hablamos. Se puede ser liberal, capitalista, conservador, se puede abogar por la eliminación de cualquier impuesto o por vender todo lo público al sector privado sin tener que hacer ningún tipo de apología a un régimen dictatorial, igual que en Alemania los hay de partidos muy liberales, muy nacionalistas y muy conservadores que no hacen ningún tipo de apología o recuerdo a la memoria del nazismo. Es tan sencillo como eso, no se pueden blanquear las dictaduras porque al hacerlo se le está poniendo una alfombra roja a todos los que sí defienden opciones políticas con postulados muy próximos a los del caudillo, cómo es el caso de VOX, un partido neofranquista que no para de subir auspiciado por los continuos renuncios, cobardías y vergüenzas de los demás.
Es algo tan absurdo cómo ver al alcalde Bermúdez, que no es cualquiera, que es el alcalde de una de las capitales de Canarias además de uno de los referentes de este partido nacionalista, y que además tengo por un político sensato, callando o jugando al despiste con este asunto por no enfadar a sus socios, por no perder su sillón. Olvida el señor Bermúdez que dando pábulo a los neofranquistas puede estar cavando su propia tumba política y la de su partido, pues si un partido como Vox entrara a gobernar en el país, según su programa y su idea hipercentralista de España estaría por la labor de eliminar las comunidades autónomas, una medida que llevaría a los partidos regionalistas cómo Coalición Canaria a una más que posible extinción. Y es que los políticos, guste o no, por muy impresentables que sean, siguen siendo un referente para muchos, para muchos ciudadanos que no vivieron aquellos años ni saben mucho del franquismo, que pueden llegar a confundirse viendo tanto blanqueamiento de una dictadura y acabar pensando que Franco fue un benefactor que llegó al poder por unas elecciones democráticas y libres o algo parecido.
En definitiva, ciertamente lamentable que en pleno año 2022, con la crisis que tenemos encima, estemos todavía debatiendo si terminamos de hacer la transición de la dictadura a la democracia que en España nunca se completó, y en lugar de avanzar estamos caminando hacia atrás entre el miedo y la ignorancia en una especie de retro-transición nostálgica y terrible que va camino de devolvernos a tiempos próximos a la Edad Media. En fin, vaya al menos este alegato por si a alguien pudiera servirle, ahora que aún puedo, en poco más de un año vienen elecciones y temblando estoy.
Eloy Cuadra