Acaba nuestro II Vistalegre canario, contento por cómo nos están marchando las cosas a los de Podemos desde Abajo. Más allá del resultado, estamos abriendo debates que de no estar nosotros puede que no se hubieran abierto, a saber: unidad de las izquierdas políticas y sociales, no a los autoritarismos, un Podemos Federal y descentralizado, lucha contra las desigualdades y contra su reverso tenebroso, la corrupción, iniciativas de base, participación, transparencia, mediación, de todo esto hemos hablado en esta campaña, y esperamos que se siga hablando en adelante, y sobre todo se practique. Pero quiero volver a lo que apuntaba este pasado sábado cuando me tocó hablar de nuestro proyecto, quiero volver a tres cuestiones, tres elementos que a mi juicio se convierten en vertebradores de cualquier acción o política que queramos hacer desde Podemos.
La honestidad, ¿cómo si no? Si alguien pensó que Podemos se podría manejar con éxito con las mañas habituales de los partidos de toda la vida, mostrando una cara bonita por delante haciendo ver que todo está bien y apuñalándose por detrás, creo que están muy equivocados. Por esta vía, podrá llegar a ser eso mismo, un partido de toda la vida, con su legión de incondicionales que los votarán siempre por ideario o por romanticismo, pero nada más. Y es que Podemos no es un partido al uso, no es el Partido Comunista, vertical, larga tradición, no es el PSOE, máquina de márketing como hay pocas, no es el PP, una organización preparada para lo que todos sabemos, no son los caciques de la colonia de Coalición Canaria, no son los señoritos elegantes de Ciudadanos, y tampoco son los escindidos de Nueva Canarias. Podemos nace del 15M y bebe de su orígenes asamblearios, rebeldes y participativos, y ese germen está ahí como un capital inagotado, e inagotable. Pueden esconderlo, silenciarlo, cortarlo o aplastarlo, pero a cada poco vuelve a resurgir de donde no se lo espera, como ha sucedido esta vez con nosotros, Podemos desde Abajo, porque está en su esencia. Por eso, estoy convencido de que la paz interna no llegará a Podemos en Canarias más que por la vía de la honestidad. Y no sólo la paz, también desde la honestidad volverán a creer y a participar en Podemos los muchos que estuvieron en sus inicios y se marcharon cuando vieron en lo que Podemos se estaba convirtiendo. Lo decía en mi primera intervención en la Asamblea: cuando vayamos a hacer algo desde Podemos, por y para Podemos, hagámonos siempre la pregunta… ¿estoy siendo honesto?
El filtro de la honestidad, internamente, imprescindible. Y externamente, quizá también. La honestidad, piénsenlo, es casi lo más extraño de ver en la política hoy en día. Si Podemos busca un discurso rompedor, aquí lo tiene. Pero claro, hacer política desde la honestidad implica muchas cosas. Ser honesto en política implica ir de frente siempre, y la realpolitik, la razón instrumental que maneja y engaña, los intereses particulares que no se muestran, no casan muy bien con esta honestidad frontal que proponemos. Descubrimos nuestras cartas por anticipado, pero… no importa demasiado si llevamos la honestidad de la mano de la justicia. Que todo ser humano tiene derecho a una vida digna, a un techo, a un plato de comida, a unos mínimos de sanidad, educación y cultura, y a poder ganárselo haciendo, aportando algo a través de su trabajo. Esas son nuestras honestas y frontales reivindicaciones. ¿Qué argumentos contrarios se pueden hacer valer? Nuestro sistema solo propone un argumento: el derecho a la propiedad privada. Si Podemos es capaz de hacer política desde la honestidad de saberse siempre al servicio de la gente que peor está, sin esconder detrás ningún interés particular, sin las jugadas típicas de trileros políticos a las que nos hemos acostumbrado, aunque vayamos de frente descubriendo nuestro juego, estaremos rompiendo el resto de discursos, y empezaremos a ganar.
Honestidad, mi primera receta, en lo interno, a nivel orgánico, y en lo externo, en la acción política. Pero no basta con ser honestos, la honestidad no gana batallas. Así, necesitaremos de algo más, que no es otra cosa que valentía. La valentía es la prueba del algodón del discurso de la honestidad. El PSOE, sin ir más lejos, vuelto otra vez a enarbolar la bandera de la izquierda, nos copia nuestro mensaje y se postula también en defensor de todos esos derechos esenciales que enumeraba antes. Podemos debe aceptar el envite que le lanza el PSOE y arrastrarlo a unos terrenos donde no puede jugar, hasta esos espacios de lucha real, a pie de calle, con la gente que sufre. Porque el PSOE, ese partido que en Europa vota el 75 por ciento de las veces lo mismo que el PP, no puede jugar en estos espacios, no los dejan los señores a los que también se debe, los todopoderosos mercados. Es en el terreno de lo políticamente incorrecto a donde tenemos que traer al PSOE, hasta ahí, el PSOE no nos puede seguir, y su discurso queda desnudo, vacío, desenmascarado, como lo que es, una mera impostura. Pero claro, para hacer todo esto, hace falta ser valiente. No nos valdrá en Podemos con preparar enfervorecidos discursos gritando que vamos a ganar en 2019 con una sonrisa y la alegría por bandera, si luego no salimos de los Plenos, de los escaños, de la política de despacho y farsa electoral. Esta valentía necesaria implica bajar al barro, y estar con la gente que sufre sin esperar a que la gente esté con Podemos, y estar con ellos desde el principio hasta el final, rompiendo barreras por terrenos quizá inexplorados, tantos pasos más allá como hagan falta en la lucha por la justicia. Así, estaremos rompiendo el resto de discursos, y empezaremos a ganar.
Honestos y valientes… quizá nos puedan llamar locos por eso mismo. Por eso, por lo difícil del empeño, porque el mundo está inclinado a la derecha y el capitalismo es mucho más que un sistema económico, y está metido en la cabeza de todo el mundo, debemos pensar en contar con más gente a nuestro lado, en nuestra causa, si queremos tener unas mínimas posibilidades de éxito. Y eso no se consigue con declaraciones de divergentes que trazan lineas rojas y colocan a todos los que no nos hacen la ola al otro lado, eso se logra con generosidad. Generosidad para saber escuchar, entender, integrar, ceder y finalmente sumar, entre nosotros, y con los demás.
Y así cerramos el círculo: generosidad, honestidad y valentía. Pónganlo en el orden que quieran, esa es nuestra receta. Quizá demasiado utópica, pero, como dijo alguien muy sabio un día: “si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo.”
Eloy Cuadra, soy escritor, activista social y candidato a la Secretaría General de Podemos Canarias por la candidatura Podemos desde Abajo.