Llevo días atendiendo como espectador al carrusel de comentarios y acusaciones que se cruzan por el asunto de la multimillonaria donación en equipos contra el cáncer del señor Amancio Ortega, de una parte, y el rechazo de Podemos a esta obra “caritativa” en la otra parte. Y va siendo hora de comentar algo, con más razón si aspiro a liderar Podemos en Canarias en unos días. A muchos no les sorprenderá que les diga que yo siempre, cuando tengo que elegir entre la gente que sufre y la política, elijo a la gente que sufre, dejando a la política para el siguiente capítulo. En la cuestión que nos ocupa pues parece claro: aceptar la donación del señor Ortega. ¿Cómo podría oponerme?, ¿en base a qué ley? No es un ganster, no es el Cártel de Sinaloa, es un empresario amparado por leyes nacionales e internacionales que lo protegen. La cuestión moral con todo lo que hay detrás: el hecho de que en España los ricos no paguen apenas impuestos, la deslocalización de los mercados de producción que habitualmente usan las grandes multinacionales textiles hundiendo así a los pequeños comercios locales, el hecho de que el jefe de Inditex tenga a sus empresas manchadas con el sudor y la sangre de niñas y niños trabajando casi como esclavos en países del Tercer Mundo, o lo mucho que va a desgravar a hacienda el caritativo señor por estas donaciones, de todo esto hablaremos luego.
En mi opinión, la jugada de Podemos de posicionarse claramente en contra de la donación lo único que ha conseguido es exacerbar los odios contra Podemos de esa parte de la población más conservadora y tradicional, que se queda en el drama humano de los enfermos de cáncer y no ve importante todo lo que hay detrás de la donación. Pero es que no hay argumento político que enfrentar a una acción que va a salvar vidas humanas muchas, seguramente, en el futuro. Un patinazo ideológico de Podemos que sólo le sirve para echarse encima a más gente, incluidos muchos interesados políticamente en hacer daño al partido, que van a espolear el debate en favor del señor Amancio.
Posición en este asunto si alguien me hubiera preguntado:
Aceptamos la donación porque es legal en nuestro país, luego, nada podríamos hacer para rechazarla legalmente, y la aceptamos también y sobre todo porque ayudará a que enfermos de cáncer vivan mejor durante más años. La aceptamos pero no la agradecemos, no la agradecemos porque no es solidaridad, es una caridad con mucho de interés detrás. Y no la agradecemos porque como sociedad nos hace más pequeños y nos empobrece, cuando tenemos que recurrir a un gran benefactor para solucionar los problemas que deberían resolver nuestras Administraciones. Y es contra estos, contra nuestros gobiernos, contra los que tendríamos que dirigir nuestra crítica. Porque esta donación es una vergüenza para Rajoy y su gobierno y para todos los gobiernos autonómicos copartícipes de la gestión pública, pues viviendo en un país que es potencia mundial en turismo y entre los 15 más ricos, no somos capaces de dotar a la Sanidad Pública de los medios técnicos y humanos suficientes. Si tuvieran algo de dignidad, deberían dimitir todos por absoluta incompetencia.
Y por este camino, cuando hubiéramos acabado de descargar contra nuestros gobiernos todo lo descargable, empezaríamos con el asunto Amancio Ortega. Y ahora sí, toda la maquinaria social y política de Podemos contra esa responsabilidad social corporativa que tiene tanto de marketing y lavado de imagen, y contra el fraude fiscal, la evasión de impuestos, la poca carga impositiva a las grandes fortunas en detrimento de los trabajadores y la clase media, la deslocalización de los mercados de producción que tanto perjudica a la producción local, y la ignominia, la crueldad, la barbarie de unas leyes internacionales que no hacen nada para evitar que en Bangladesh se desplome un edificio y mate a cientos de niños y niñas inocentes esclavizados por la avaricia de empresarios y gobiernos corruptos. Y hasta para esto Podemos podría plantar batalla, pues tiene diputados en el Parlamento Europeo que están ahí para algo.
Así habría sido si alguien me hubiera preguntado, y si mi posición hubiera sido tenida en cuenta, siempre debatida y consensuada previamente, nunca impuesta. Y creo que el daño y la polémica habrían sido mucho menores, y no estaríamos ahora hablando de Podemos como el demonio y Amancio como un dios. Pero bueno, así están las cosas, sólo soy un número, todavía, dentro de Podemos, ahora un poco incómodo para algunas y algunos, pero sólo eso, un número.
Eloy Cuadra, soy escritor, activista social y ahora también candidato a la Secretaría General de Podemos en Canarias por la candidatura Podemos desde Abajo.