Está muy bien soñar, la utopía, un mundo mejor, otra forma de hacer política, pero, seamos sensatos al menos esta vez. ¿Qué podemos decir de las elecciones en Andalucía que nos valga de referente para lo que sucederá en dos meses en Canarias? Salvando las distancias, compartimos tasas de paro y de pobreza, el turismo como principal industria, la fiesta, el sol, la misma filosofía del “dolce far niente” y algunas cosas más. Y otra vez ganó el PSOE en Andalucía, lo llevan haciendo tres décadas, no importan los eres, los griñanes o las modas, la red clientelar, esa telaraña de intereses creados en torno al aparato político que gobierna en esta región del sur de España valdría como paradigma de lo que debe ser un gobierno que quiere perpetuarse por todos los medios, y eso es lo que ha pasado. El PSOE en Canarias, a diferencia, no sabe a lo que juega, apenas tiene red clientelar y donde la tenía (en La Gomera y en El Hierro) se les amotinan y montan partidos alternativos, el batacazo se espera grande. Y cuidado con Curbelo si presenta lista al Parlamento y con quien va, podría hacer mucho daño.
Y es que en Canarias esa red clientelar, mafiosa, la tienen muy bien tendida los de Coalición Canaria, especialmente entre la gente mayor, en las zonas rurales y las islas menores. La red funciona a sabiendas de que la Ley Electoral Canaria es de todo menos democrática. Así, el 17% de la población, la de las islas menores, se reparten el 50% de los diputados regionales, con una población sobrerrepresentada en detrimento de la población más urbana de las dos islas capitalinas. Este hecho y la doble barrera electoral del 6% autonómico y el 30% insular (en Andalucía, a título comparativo, la barrera es una sola y únicamente del 3%) dejan el terreno abonado para que muchos miles de votos de gente que busca otra cosa en las dos islas mayores vayan directamente a la basura por no pasar las barreras, y sigan saliendo siempre los mismos partidos del sistema que tienen su red, mayor o menor, estratégicamente tendida entre la ciudadanía de las siete islas. Por eso, con CC perdida en mil luchas internas, por muy mal que lo haya hecho Paulino y con Clavijo todavía imputado, tiene garantizados un buen número de diputados por la vía de las islas menores y la red de intereses creados, cantado el pacto con el PP.
Y hablamos ahora del PP, que se ha estrellado en Andalucía, algo normal en un partido corrupto hasta la médula y que gobierna únicamente para unos pocos. En Canarias, con Australia Navarro, perfil bajo, casi desconocida, con lo poco que está cuidando de Canarias el Gobierno de Rajoy, se prevé que retrocederán también lo suyo. De igual modo podríamos extrapolar a Canarias los malos resultados de UPyD y de IU en Andalucía, superados ambos por sus alumnos aventajados mucho más de moda, Ciudadanos y Podemos. Parece claro, ni los de Cayo Lara ni los de Rosa Díez van a rascar nada en el Parlamento de Canarias. Y ya que hablamos de alumnos aventajados, hablemos de Podemos, con 15 diputados en Andalucía y una clara sensación de decepción por no haber tomado el cielo por asalto, como venía proclamando su líder, con unos resultados muy alejados de lo que vaticinaban muchas encuestas. Conviene destacar que en Andalucía se presentaban con Teresa Rodríguez, peso pesado de Podemos, joven, mujer, buena prensa, uno de los 5 eurodiputados elegidos en el equipo de Pablo Iglesias al Parlamento Europeo, con el mismísimo Pablo Iglesias implicado personalmente en la campaña, sin barreras electorales del 6 o el 30 por ciento que dificulten la suma de votos, y sin el guirigay lamentable que estamos sufriendo en Canarias con las feas maniobras de control de Podemos por parte de Sí se Puede en Tenerife y Canarias por la Izquierda en Gran Canaria. Sólo 15 diputados con todo a favor… ¿por qué? Porque una cosa son las encuestas y otra la realidad, porque el factor miedo siempre está ahí, y a Podemos le ha salido en Ciudadanos un competidor importante que ofrece frescura y renovación siendo al tiempo políticamente más correctos, sin aires revolucionarios, sin el elemento miedo, y a los del señor Rivera han votado en Andalucía y votarán en mayo muchos ciudadanos descontentos que temen lo que dicen que puede venir si gobernara el señor Iglesias.
Así las cosas, mis vaticinios para Podemos-Sí se Puede en Canarias no son nada buenos. Aunque me duele decirlo, creo que así no se puede. No se puede si atendemos a las ya citadas barreras electorales y a la sobrerrepresentación de las islas menores que aquí tenemos por obra y gracia de la antidemocrática ley electoral, sin candidato mediático, sin el apoyo de Pablo Iglesias, al que poco o nada le importa Canarias. No se puede con la confusión y el desanimo general que deviene de la división de las izquierdas alternativas, el asalto a Podemos de Sí se Puede y otros elementos de la vieja política y las luchas internas entre los distintos Podemos. Tal vez algún diputado, a duras penas, por la inercia propia del efecto Podemos, aunque lo veo difícil. Aún más difícil para Ciudadanos, con muy poca presencia en Canarias, por muy bien que les haya ido en Andalucía. Y es que en Canarias, no se nos olvide, hay un partido que no tiene a su paralelo en Andalucía y que jugará un papel muy importante en las próximas elecciones. Ya lo saben, me estoy refiriendo a Nueva Canarias. Los del señor Román Rodríguez están muy bien posicionados en la salida y han hecho un importante trabajo de captación de hijos pródigos, movimientos vecinales y desheredados de otros partidos en otras islas, entre otras cosas para que no les pase lo que les pasó en 2011, cuando sus tres escaños en el Parlamento les costaron muchos miles de votos con otros tantos miles tirados a la basura por no pasar los cortes. Ahora, gracias a los pactos, presentan listas en casi todos lados, ya están dentro del Parlamento, con el plus que eso supone y tienen una gran implantación en Gran Canaria donde pueden ganar. Por todo esto y por otras cosas que no ha tiempo a citar se prevé que Nueva Canarias aumente considerablemente su número de diputados en el Parlamento.
¿Y qué decir de la abstención? En Andalucía anduvo cercana al 40%, en Canarias lo superaremos seguro. Porque casi siempre ha sido así en una sociedad básicamente despolitizada, y porque además para muchos, entre los que yo mismo me encuentro, el panorama político resulta tan lamentable y los candidatos tan poco atrayentes que es difícil encontrar a alguien a quien votar con un mínimo entusiasmo. Conviene decir que una alta abstención acaba beneficiando a los partidos mayoritarios, que pierden votos pero no pierden tanto porcentaje, y pueden mantener muchos de sus escaños actuales.
Y quiero acabar mi análisis hablando de algo que no se da en Andalucía pero sí aquí, que no es otra cosa que el factor nacionalista. Y es que según el CIS Canarias es la tercera Comunidad Autónoma tras Cataluña y País Vasco donde mayor sentimiento nacionalista hay entre la población. Esto tiene varias consecuencias, la primera es la pervivencia en el tiempo y en el gobierno de un partido tan nefasto como Coalición Canaria, al que muchos votan porque lo ven como algo de aquí, simplemente por eso. La segunda consecuencia que se deviene del factor nacionalista es que muchos canarios y canarias aún no estando conformes con los tres de siempre (PP, PSOE o CC), no votarán nunca a un partido sucursalista del tipo Podemos, UPyD, IU o Ciudadanos, por no sentirse identificados con nada que venga de la Península, porque entienden que Canarias necesita de otra opción que por desgracia no la hay, o sí la hay apenas si tiene fuerza. En este contexto, muchos de esos votos desencantados se irán a partidos de aquí con poca representación que no pasarán las barreras, a agrupaciones insulares o en última instancia a la abstención, al voto nulo y a otros votos de castigo. Y esta es a mi modo de ver la gran ausencia de esta y de todas las elecciones que se vienen celebrando en Canarias: la no concurrencia de una opción nacionalista de izquierdas fuerte, del tipo de las que sí hay en Cataluña o en el País Vasco. ¿Por qué sucede esto? Busquen en Coalición Canaria: 30 años de caciques, de folklore, de intereses creados y de sentimiento de inferioridad, de donde ellos son los grandes beneficiados. Nada de empoderamiento, nada de esa otra forma de ser canario, nada de sacar el orgullo de nuestra tierra. Pese a todo, creo que aún estamos a tiempo de empezar a cambiar esto. Eso sí, tendrá que ser con la vista puesta en las elecciones de 2019, en estas, sintiéndolo mucho, la suerte está ya echada.
Eloy Cuadra