Me pone sobre la pista un vecino de Santa Cruz que me informa de los cobros abusivos en el recibo del agua en la ciudad según los tramos. Me tomo la molestia de investigar un poco y lo que encuentro parece confirmar lo oportuno del cabreo de este vecino. De entrada un estudio de hace poco de la Asociación FACUA-Consumidores en Acción señala a la ciudad de Santa Cruz como una de las que tiene el agua más cara de España con contador de calibre 15 milímetros. ¡Empezamos bien! Este asunto del contador es algo que la asociación no entiende, dado que solo 10 grandes ciudades españolas diferencian entre el calibre de 13 y el de 15 mm, sin que existan razones técnicas aparentes para una subida de la tarifa por este asunto del calibre.
No importa… ¡los chicharreros a la cabeza! La cuestión es que la cosa no mejora si nos fijamos en los cobros de los consumos por tramos. Así, accedo a un archivo colgado por la empresa municipal mixta de aguas Emmasa y lo que encuentro es un primer tramo hasta 10 m3 donde el metro cúbico se cobra a 0,43 euros, un segundo tramo hasta 20 m3 a razón de 0,54 el metro cúbico, un tercer tramo -¡y aquí viene el abuso!- hasta los 40 m3 que pasa a cobrarse a 1,36 euros el metro cúbico… ¡con una subida que está cerca del 300%! Aún hay dos tramos más, uno que va de 41 a 60 metros cúbicos y se cobra a 1,68 y otro para consumos de más de 60 metros cúbicos que se cobra a 2,16.
En este punto alguien que se acerque de manera ingenua al asunto podría afirmar que esta variación tan grande en la tarifa se plantea para fomentar el ahorro de agua. Bien, podría ser, o no, porque si atendemos a los datos oficiales que se manejan en España, un español medio consume una media de 8 metros cúbicos cada dos meses o periodo facturado. Y esto sin contar que desde que llegó la pandemia están continuamente invitándonos a lavarnos las manos, a limpiar y a ducharnos a cada poco, con el subsiguiente aumento en el consumo de agua. Sea como fuere, en base a estos consumos una familia santacrucera de tres o cuatro miembros en adelante, por mucho que ahorre va a sobrepasar siempre la barrera de los 20 metros cúbicos y le van a facturar el agua a precio de oro. En este punto alguien dirá: “¡alto, alto, seguro que el Ayuntamiento tiene descuentos para familias numerosas (3 hijos o más)!” Pero a poco que miremos el supuesto descuento nos llevamos la sorpresa, puesto que las tarifas son exactamente iguales hasta 40 metros cúbicos, que son los consumos entre los que se mueve la mayoría de la población, aplicándose un ligero descuento a las familias numerosas sólo para consumos superiores a 40 metros cúbicos. A todo esto me he tomado la molestia de comparar las tarifas de Santa Cruz con las de La Laguna y efectivamente, siendo ciudades vecinas ambas con empresas mixtas municipales, las tarifas son más baratas en la ciudad de los Adelantados.
Ahí lo tenemos, juzguen ustedes. A mí modo de ver estamos ante un cobro abusivo y doloso sobre un servicio básico qué castiga además especialmente a las familias más vulnerables y de menos ingresos, dado que no distingue en los cobros si se trata de una familia adinerada que ni se enterará del gasto o si hablamos de una familia en situación precaria, cómo por cierto hay tantas en la ciudad de Santa Cruz, con hogares donde viven abuelos, padres, tíos, hijos y nietos por imposibilidad de acceder a más viviendas que esa. Y la pregunta que nos asalta en este punto de nuestro relato es saber quién y cómo se ha hecho esto. Ahora dirán que nadie en el Ayuntamiento sabía nada, pero sí que lo sabían, sí que lo sabe el concejal del área y miembro del consejo de administración de Emmasa, el señor Dámaso Arteaga (CC), el mismo que estaba en el año 2012 cuando se redactó el reglamento actual vigente, el mismo con el que me tuve que topar en una moción que defendí en un pleno allá por aquellos años, una moción presentada por el Sí se Puede que yo mismo defendía como intervención ciudadana, en la que se pedía que Emmasa abriera las fuentes que tenía cerradas por la ciudad para que las muchas familias vulnerables que malvivían sin suministro de agua en la ciudad no tuvieran que andar kilómetros en busca de agua. La moción no se aprobó gracias a la defensa mantenida y repugnante que hizo el señor Dámaso Arteaga de la necesidad de que las fuentes continuaran cerradas. Recuerdo que me faltó muy poco para llorar de la indignación y la rabia, dado que conocía a muchas madres sin agua. Lo triste es que a día de hoy aún andamos algunas plataformas sociales intentando que el Ayuntamiento le conecte el agua a las muchas familias que viven en Santa Cruz en viviendas ocupadas por necesidad, como sí hacen en La Laguna por ejemplo, y no hay forma de que lo podamos conseguir. La concejala de Asuntos Sociales se encoge de hombros y dice no poder hacer nada ante el todopoderoso Dámaso, las familias santacruceras siguen sufriendo. A todo esto, según información pública la empresa Emmasa ha obtenido en 25 años de gestión del agua de Santa Cruz unos beneficios que ascienden a 228 millones de euros, con numerosas denuncias por mala gestión de por medio, y ello sin contar los 59 millones que Coalición Canaria permitió devolver a la matriz Sacyr, una multinacional del sector con un presupuesto que triplica de sobra al de la ciudad de Santa Cruz.
En fin, este es solo un capítulo más del expolio, del robo continuado al pueblo canario que administraciones y grandes empresas, esto es, poder político y poder económico, nos vienen aplicando desde hace muchos años. ¿Pasará algo después de este artículo? Y créanme, le va a llegar hoy mismo a buena parte de los concejales del Ayuntamiento, dado que a muchos los tengo por whatsApp y aún no me han bloqueado. ¿Modificarán las tarifas?, ¿le pedirán responsabilidades a alguien?, ¿dimitirá algún concejal? Y ya no pido tanto, me contentaría con que le conectaran el agua a todas esas familias que malviven ocupando casas de bancos por necesidad en Santa Cruz. Sólo puedo prometerles una cosa: lo voy a intentar, algunos activistas como el compañero Lolo Dorta y yo llevamos tiempo intentándolo, créanme, pero no es fácil luchar contra esta entente nefasta cuando somos tan pocos.
Eloy Cuadra, escritor y activista social.