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Entre el fanatismo y la fraternidad.

“Estoy dispuesto a servir a mi país, pero mi culto se lo reservo a una Justicia que es mucho más grande que mi país. Adorar a mi país como si fuera un dios es condenarlo a la perdición”. la casa y el mundo Son palabras de Nikhil (nombre que significa “libre”), personaje del relato “La casa y el mundo” de Tagoré. Esta cita me sirve para ilustrar lo que trato de explicar, a raíz de la controversia surgida con ese partido político de Tenerife llamado Sí se Puede, con el que ando intercambiando pareceres después de mi última intervención en el Pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz a propósito de una iniciativa por la Renta Básica que defendía. tagore
Como recordarán los que siguen el asunto, el SsP se ausentó o hizo como que se ausentaba, y no votó a favor de la iniciativa por la Renta Básica que yo defendía, que es lo mismo que votar en contra, a mi parecer. Para justificar ese no voto argumentaron que el colectivo al que yo representaba, la Plataforma por la Dignidad, no ha participado en la campaña por la Renta Básica que promueven algunos colectivos de Canarias. Lo cierto es que más allá de que hayamos participado o no en esa campaña –que sí que hemos participado-, bien podrían habernos preguntado también a nosotros los del SsP, para confrontar la información y charlar un poco sobre el asunto, y en última instancia es absurdo pensar que hay exclusividad o derechos de autor en la defensa de causas justas que implican e interesan a mucha gente en muchos lugares. Con estos argumentos escribí mi último artículo que tanto parece haber molestado a unos cuantos en ese partido y a otros tantos afines. El látigo de la izquierda, anti-SsP, malo malísimo y otros calificativos que ignoro, se usan contra mí por este artículo y otras reflexiones en torno a la estrategia y la política de pactos y alianzas de cara a las elecciones que desarrolla este partido Sí se Puede en Canarias.
ssp En este punto los hay que piensan que me mueve el rencor, o la envidia, o el ansia de protagonismo, u otras pasiones tristes, o aún peor, que soy un agente encubierto de la derecha intentando romper las nobles luchas de la izquierda. Nada más lejos de la realidad, lo que sucede es que yo entre el fanatismo y la fraternidad, como el personaje de Tagoré, elijo siempre la fraternidad. Y en la fraternidad no se entiende que colectivos que se reúnen en el mismo lugar –Casa Taucho- y sueñan con el mismo mundo compitan y firmen comunicados descalificando y desacreditando a sus compañeros de lucha. logo Y en la fraternidad no es concebible que un partido que aspira a aglutinar las luchas justas de los movimientos sociales no encuentre generosidad suficiente entre sus argumentos para votar a favor de una iniciativa que defendía un ciudadano y que ya iba a salir rechazada por la oposición de PP, PSOE y CC. Faltó generosidad y altura de miras, la gente grande es generosa y no teme, lo eché en falta, y eso fue lo que denuncié.
Ellos, los del SsP, deberían entender que si me piden obediencia ciega, militancia, asumir y callar con todo, todo por la causa y justificar lo injustificable, entonces me piden que sea un fanático de una idea o de una lucha, cosa que no soy pues de serlo, como el personaje de Tagoré, flaco favor le haría a esa causa a la que aspiramos los que queremos un mundo mejor, porque un mundo mejor debe ser otra cosa, no más de lo mismo revestido de revolución. Y si me achacan que no soy tan beligerante con los de la llamada casta política, bueno, creo que si van a la hemeroteca o revisan la actividad de la Plataforma por la Dignidad verán que no son pocas las acciones y las denuncias contra administraciones donde gobiernan PP, PSOE o CC. Lo que sucede es que de ellos podemos esperárnoslo todo y nada al mismo tiempo, ellos hacen política a toque de silbato, jerarquía, disciplina de partido, ordeno y mando, nadie puede salirse del guión, nadie puede discrepar, de nada sirve pues gastar argumentos denunciando sus poco democráticas formas de hacer política, Maquiavelo y su Príncipe está en su ADN. En cambio, a los que estamos a este lado, a los partidos y colectivos sociales que intentan aglutinar esas causas justas de los altermundistas, creo que debemos exigirles –y exigirnos- un poco más, de generosidad, de nobleza, de fraternidad, y otra forma de hacer menos instrumentalizante y manipuladora, de lo contrario estaríamos reproduciendo también entre nosotros esos mismos vicios que hacen de nuestra sociedad lo que hoy es, una jungla donde impera el “¡Sálvese quien pueda!”
fraternidad Y hasta aquí llegan mis reflexiones por esta vez. Parafraseando al libre Nikhil de Tagoré, sólo puedo decir que: “adorar a mi causa como si fuera un dogma es condenarla a la perdición”. Ustedes, amigos míos, lo “pueden” hacer mejor, mucho mejor. Aunque suene a tópico por estas navideñas fechas: piensen bien, sean generosos, sean fraternales, no piensen mal, no sean fanáticos, ellos, tal vez no sean tan malos, y no confundan a los enemigos, pues quizá, no haya tales enemigos, sólo personas que hacen cosas, y a veces piensan y a veces no, y a veces aciertan y a veces se equivocan, y en el fondo no son -no somos todos- más que víctimas de nuestras propias limitaciones humanas.

Eloy Cuadra

Un comentario

  1. A los del Sí se Puede ya se les va viendo el plumero. Pretenden ser la regeneración de la política, pero por detalles como este se ve bien claro el rumbo que están tomando, dentro de muy poco serán igual de castuza que los podridos partidos que ellos critican. No lo podrán evitar, va en la naturaleza humana dejar de defender una causa, por que es más importante defenderse a si mismos y al poder que han ganado, y al que piensan que pueden ganar. Que pena que Tagore no dijera también que hasta que el ser humano no cambie su naturaleza, nada podrá funcionar bien, ni la política, ni la sociedad, ni las leyes ni nada. Señores de Sí se Puede: déjense de mirarse al ombligo, y ocúpense de la causa que les ha movido, por que esa es la única que importa.