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Una lectura desde el activismo de las elecciones andaluzas.

Hoy mucha gente hace su lectura de las elecciones andaluzas y yo haré la mía como activista social del lado siempre de la gente que peor está. Lo primero es algo que salta a la vista, una parte de España y una parte de Andalucía están hartos de la crispación, el enfrentamiento y las faltas de respeto que trajeron a la política los Rivera, Casado, Sánchez e Iglesias, buena muestra de ello es que de los cuatro, pese a su juventud, tres ya no están y el que queda tiene los días contados. Sin ser la corrección en el trato algo que vaya a solucionar ningún problema, está claro que el talante moderado de Feijóo y de Moreno Bonilla es un valor en sí mismo, en un país en el que ha importado siempre más la pose y las formas que el contenido. Primera lección que debemos sacar por tanto, en este caso buena, la chulería y la mala educación nunca llegan lejos, por muy cargadas de razones que estén.
feijoo moreno
Segundo detalle, en España solo hay sitio a perpetuidad para dos partidos, PP y PSOE, el resto corren el riesgo de desaparecer si no lo hacen bien o no aprovechan las oportunidades, tal es el caso de Ciudadanos. Conviene que recuerden este asunto los partidos a la izquierda del PSOE, en ocasiones bastante ensimismados y contentos de haberse conocido, algunos ya con fecha de caducidad en el envoltorio. Tercera cuestión, también para los partidos a la izquierda del PSOE, tienen que dejar de hacer el panoli, y es que entre Adelante Andalucía y Por Andalucía han sacado casi los mismos votos que Vox, en cambio los de ultraderecha se llevan 14 escaños y los chachis de las izquierdas alternativas solo 7. Parece que tienen pensado repetir este desastre de división eterna en el resto de comunidades y también para las generales, parece que van a seguir haciendo el tonto pero con mi voto que no cuenten. ¿Cómo voy a votar a unos grupos que no son capaces ni de entenderse entre los que tienen la misma ideología o similares?
izquierdas div.
Cuarto asunto, también positivo, la ultraderecha franquista tiene un límite de crecimiento, por suerte, y viven más de los defectos de los demás que de sus propuestas o aciertos personales. Y ya que hablamos de defectos vamos con ellos, y vamos en especial con los defectos de los que están más próximos a mi sentir político, que no son otros que los de esas izquierdas alternativas chachis. El primer error ya lo he señalado, la división eterna, un error que desincentiva y desalienta a buena parte del electorado descontento que busca otra forma de hacer política, que deja de ir a votar como ha pasado en Andalucía con un 41% de abstención y el voto nulo y el voto en blanco en clara progresión, cosa que no sucede con los del otro lado que siempre van a votar. Pero más allá de este detalle descalificante las izquierdas alternativas olvidan que buena parte de España es una población rural y otra buena parte, rurales o urbanitas, lo están pasando muy mal porque no llegan a fin de mes. Así las cosas los grupitos chachis se estrellan una y otra vez al plantear sus campañas y sus acciones centradas en lo fantásticos que son y en cuestiones como el feminismo, la ecología o el antifascismo, asuntos estos que no digo que no sean importantes, pero claramente no son los prioritarios para las Españas rurales y para esa otra buena parte de España que malvive en los umbrales de la pobreza. Lo que quiero decir con esto es que sin dar de lado al feminismo, la ecología o a la historia trágica de España, las izquierdas alternativas deben poner en primer plano las luchas por los derechos sociales perdidos y la brecha de desigualdad que crece y se agiganta en todos los rincones de nuestro país, especialmente por las latitudes del Sur y más concretamente por las Islas Canarias en las que vivo y siento, con temas tan trascendentales como el empobrecimiento generalizado y el encarecimiento de todo lo básico (transportes, combustibles, alimentación, electricidad), con mención especial al acceso a la vivienda hoy casi imposible para buena parte de la población, especialmente para los jóvenes, o como la precariedad laboral, la sanidad, la educación, los menores, los mayores, ámbitos todos cada día más privatizados, cada día más controlados por grandes corporaciones y fondos buitre. No entienden las izquierdas alternativas chachis que al paso que vamos pronto todos vamos a ser pobres, no aciertan a ver que el enemigo no es ni Vox, ni el PP, es el capitalismo salvaje que nos vienen aplicando desde hace un tiempo, son las grandes corporaciones a las que nadie vota pero mandan por encima de todos los partidos y gobiernos, y es su propia ceguera, la de esto grupos chachis incapaces de ver que el debate no está en las mociones inservibles que se votan en los Plenos ni está en la ideología (un debate perdido por otra parte porque rápido les colocan el cartel de comunistas, bolcheviques y bolivarianos y buena parte de la España rural y la precaria no ideologizada los tachan de su lista al instante). El verdadero debate, el verdadero trabajo está en la calle, en el barro, con la gente que sufre, con la gente que enferma y muere esperando un tratamiento que no llega, con los jóvenes sin futuro que tienen que emigrar fuera, con las familias a las que un juez o una banda de paramilitares echan de su hogar, con los millones de empresarios locales que pierden arrasados por la globalización de los especuladores, con los niños sin alimentos porque sus padres son pobres de solemnidad, con los ancianos abandonados, y, en definitiva, con toda esa parte que tiene que ver con lo que nos hace verdaderamente humanos. Cuanto más tarden en darse cuenta de esto peor nos irá a los de abajo, no pueden ser conformistas, no pueden decir no hay vida más allá del capitalismo, no pueden ser muletillas reformistas del PSOE contentos con las migajas, entre otras razones porque el PSOE es el capitalismo mismo camuflado con un barniz de socialdemocracia aún peor que los de la derecha de toda la vida, pues aquellos no engañan, ya los ves venir.
aporofobia
En cualquier caso, es posible que este alegato mío ya no sirva para nada, porque no me van a escuchar, porque la suerte ya está echada y no hay tiempo, por el propio desgaste de estos gobiernos en teoría los más progresistas de la historia de España, igualmente cobardes y conservadores con lo verdaderamente importante, que terminaron aplicando un rodillo de autoritarismo sin precedentes. Cierto que los que vienen no lo van a hacer muy diferente, y a los de abajo nos irá seguramente peor todavía, todo sea porque al final nos demos cuenta de cuál es la fórmula si queremos en verdad un mundo más vivible y justo para todos. Y bueno, si ese mundo soñado no llega nunca, aquí seguiremos algunos hasta el final.

Eloy Cuadra, escritor y activista social.