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¿Es “humano” un país que trata así a otros humanos?

Sobre los guantánamos españoles, las redadas étnicas, la negación de derechos o la invisibilización del sufrimiento… de esas personas a las que aquí llamamos inmigrantes y que bien podríamos llamar “mercancías”, a tenor de cómo los tratamos…. Más razones para avergonzarse de los que mandan –y de los que callan y aceptan- en este país al que llaman España.

El Otro, el inmigrante, el africano, el sudamericano, el paria del mundo… el gran olvidado de las luchas sociales en nuestro país, ahora que ya no llegan apenas cayucos con jóvenes cadavéricos, esos que tanto juego daban a las morbovisiones generalistas, metidos como estamos todos ya en ese ¡Sálvese quien pueda! que nos marca la crisis. Olvidados para muchos, presentes para los que queremos verlos, aunque nos cuenten lo malos que son, y los persigan por las calles sin más motivo que el diferente tono de su piel, y los encierren y nos los nieguen en esas cárceles sin ley llamadas CIE, también conocidas como guantánamos españoles, recordándonos de paso la etapa más siniestra de la historia de Alemania. No, no podemos olvidarlos los que los hemos mirado a los ojos alguna vez.

Conviene recordar, para quien no lo sepa, que el los CIE encierran a personas extranjeras únicamente por no tener documentación en regla, es decir, los privan de libertad por una simple falta administrativa. Imagínenlo, véanse en un país africano, encerrados en una cárcel 60 días por una simple infracción de tráfico, es exactamente lo mismo.

Apenas ha sido noticia en los medios nacionales, pero entre diciembre y enero han muerto en los CIE españoles varios jóvenes inmigrantes en extrañas circunstancias.
Traemos aquí lo que nos cuentan sobre todo esto colectivos sociales como Madrilonia, Diagonal, Ferrocarril Clandestino, Brigadas Vecinales de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y participantes en el 15M, aprovechando que ellos sí que se acuerdan.

Crece la oposición al encierro de inmigrantes por no estar en situación regular.
Los Centros de Internamiento de Extranjeros dejan de ser invisibles.

Dos muertes en un mes traen la existencia de los CIE a primera línea del debate público tras su reglamentación en 1999.

FOTO: Concentración por la muerte del interno Idrissa Diallo y por el cierre de los CIE. Barcelona, 8 de enero. (Albert García).

La sucesión de dos fallecimientos bajo custodia ha traído a la actualidad mediática y política la existencia de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), dependencias donde se priva de libertad hasta 60 días a inmigrantes que no pueden demostrar su estancia regular en el Estado español. Una orden ministerial permitió en 1999 la apertura de estos centros (nueve hasta la fecha) en el Estado español, si bien la reclusión de irregulares bajo un régimen separado existe desde 1985.

El 19 de diciembre moría en el CIE de Aluche (Madrid) la congoleña Samba Martine y el 6 de enero fallecía en el centro de Zona Franca (Barcelona) el joven de Guinea-Conakry Idrissa Diallo.

En el primer caso, el motivo oficial de la muerte es una meningitis; en el segundo, un infarto.

“Llevo desde 2004 en colectivos de lucha contra los CIE y nunca había visto tanta atención de un medio”, dice Cristina, una activista barcelonesa, en referencia a la campaña abierta por El Periódico de Catalunya después de que se conociera que la muerte de Diallo, de 21 años, se produjo de noche, cuando los CIE no disponen de personal médico. Según los testimonios de sus cinco compañeros de celda, Diallo llevaba reclamando atención médica desde el día anterior por padecer fuertes dolores. La Policía Nacional lo niega y asegura que el joven sólo había pedido tratamiento días antes por una gripe.
A partir de aquí, El Periódico le dedicó al asunto cuatro portadas consecutivas, tres de ellas con foto, y llegó a abrir una campaña en la web Actuable para exigir al nuevo Gobierno del PP “el fin del limbo legal de los Centros de Internamiento de Extranjeros”. El CIE de Zona Franca se inauguró en 2006, y en su interior se habían producido ya otras dos muertes en circunstancias similares a las de Idrissa Diallo.

Una realidad más visible.

Las denuncias sobre el carácter discriminatorio de los CIE aumentaron su incidencia pública desde el año 2008, con motivo de la conocida como “Directiva de la Vergüenza”, la reglamentación de la UE que permite a los países miembros recluir un máximo de 18 meses a personas sin papeles en espera de su deportación. Pese a que la campaña no pudo evitar que el Gobierno del PSOE aumentara el periodo de reclusión en el CIE de 40 a 60 días, en su marco sí se consiguió que se creara la figura de los juzgados de vigilancia de los CIE, y que determinadas asociaciones puedan realizar visitas de fiscalización a su interior.
Fue un juzgado de vigilancia, el de instrucción número 6 de Madrid, el que propinó en un auto un fuerte golpe a la dirección del CIE de Aluche tras la muerte de Samba Martine en diciembre. El auto, que fue difundido por la Cadena SER, hablaba de las condiciones de “hacinamiento” de este centro y hacía notar el hecho de que no cuenta con una habitación separada para atender a las personas enfermas. En similares términos se expresó el Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo), Rafael Ribó, ante el Parlamento catalán el 27 de diciembre para referirse al centro de Zona Franca, que todavía no ha visitado por carecer de competencias.

El Sindicato Unificado de Policía, mayoritario en la Policía Nacional, reaccionó a la noticia de la muerte con un comunicado en el que hacía suya la expresión “Guantánamos españoles” para referirse a los CIE y señalaba la “hipocresía” de los gobiernos del PSOE en materia de inmigración.
En respuesta a estas muertes varias asociaciones están tomando medidas legales por la posible actuación negligente en los CIE. En Barcelona, Papers per a Tothom y la asociación DAB se han dirigido al juzgado de instrucción número 5, encargado de la investigación del caso, para personarse como acusación popular.
En Madrid las organizaciones que realizan visitas periódicas de fiscalización al centro de Aluche esperan presentar dos denuncias complementarias. “Queremos saber cómo se actuó ante la enfermedad de Samba, si es que se actuó en algún sentido”, comenta Pablo Rodríguez, de la red Ferrocarril Clandestino.
Para Cristina, la activista barcelonesa, la campaña de El Periódico y el mayor interés por asuntos relacionados con la inmigración desde la existencia del 15M aumentan la necesidad de trabajo conjunto. Los grupos anti-CIE preparan una concentración frente a las delegaciones del Gobierno en Barcelona y Valencia a las 12 horas del viernes 20 de enero.

¿Seguro que hay nueve CIE?

Oficialmente existen nueve centros de internamiento de extranjeros en el Estado español. No obstante, diferentes organizaciones de inmigrantes y de derechos humanos señalan que hay más centros que cumplen la misma función y se manejan con los mismos criterios, pese a no estar reconocidos como tales.
Este completo informe de 2008 detalla el emplazamiento y características de estos CIE no oficiales situados principalmente en Canarias y Almería.

Pero hay más informes, aún peores. El más sangrante y contundente, uno de finales del 2009 elaborado por CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), en el que participó una buena amiga y que lleva por título: SITUACIÓN DE LOS CENTROS DE INTERNAMIENTO PARA EXTRANJEROS EN ESPAÑA. CONVERSACIONES JUNTO AL MURO.
Como muestra de la crudeza de este informe, a modo de dato: CEAR, la promotora de dicho informe que dejaba tan mal al Gobierno Español, vio reducidas sus asignaciones presupuestarias en un 80% para aquel año 2010.

Redadas étnicas.

Práctica habitual de la Policía Nacional española desde hace algunos años, obligados por sus superiores, obligados los superiores por la clase dirigente. Una práctica que consiste en buscar a inmigrantes en las ciudades, en plena calle, entre el gentío, y detenerlos aún cuando no hay sospechas de que estén cometiendo ningún delito, únicamente para comprobar si tienen documentación en regla y en caso negativo encerrarlos y deportarlos posteriormente.

Semejante ignominia ha sido denunciada por Amnistía Internacional, por Naciones Unidas y hasta por los propios sindicatos de la Policía.

¿Por qué los tratamos así?

Si habiendo leído hasta aquí de repente te haces esa pregunta, la respuesta la tienes en los mecanismos de desconexión moral, o argumentos falaces que usa la gente para sentirte bien y autoconvencerse de que lo que hacemos con ellos no es malo, o aún siéndolo no podemos hacer nada por ayudarlos.
Ya tratamos el asunto en un artículo publicado aquí, El sistema y sus enemigos, y puedes abordarlo mucho más a fondo en la obra Un ensayo sobre la violencia (en las fronteras de lo humano) Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2010, escrita por un buen amigo nuestro.

Un comentario

  1. Andrea Mónica Martín Tacoronte

    ¡¡ Es tremendo lo que pasa en este país en todos los espacios de la vida, presumimos de solidarios, de civilizados, y contradictoriamente dejamos que las instituciones escondan las atrocidades que se atreven a hacer en el nombre de la deomocracia y la seguridad del pueblo!¡ Lo que podemos sembrar, o hacer es pequeños gestos, como este, denuciar, compartir, que todo el mundo se entere, siempre habemos personas capaces de movilizarnos y comprometernos, siempre habremos personas capaces, porque tenemos entrañas!!